Romanos 1:18-23
Hola, una vez más mis amados hermanos. Ustedes se preguntarán "¿Qué le pasó al hermano Marco? ¿Desayunó pólvora con pimienta y rocoto? ¿No sería mejor hablar de la gracia de Dios?" Bueno, mis queridos hermanos, les cuento que he desayunado rico y que la reflexión del día de hoy es un mensaje de alerta, una advertencia para que nosotros podamos vivir siempre bajo su gracia.
Como verán, el pasaje de hoy habla de la ira de Dios sobre los hombres que viven apartados de Él, estorbando sus propósitos.
Sin embargo, creo que también nos habla a nosotros, sí a los cristianos, y nos presenta una seria advertencia para guardarnos en santidad delante de él.
Si les preguntara si les gustaría estar bajo la ira de alguna otra persona, estoy seguro que me responderían que no. Nadie, por naturaleza, desea ser visto de esa manera por otro. Por obvias razones: todos queremos ser amados y además porque temeríamos las consecuencias de esa ira. Ahora, si les preguntara si les gustaría estar bajo la ira de Dios, estoy seguro de que la respuesta es un rotundo NO (incluso, un "no" acompañado de temor de Dios). Sin embargo, es posible que el cristiano se ponga voluntariamente en esa condición.
Aquí les comparto lo que el Señor me habló:
"Pues habiendo conocido a Dios, no le glorificaron como a Dios, ni le dieron gracias, sino que se envanecieron en sus razonamientos, y su necio corazón fue entenebrecido. Profesando ser sabios, se hicieron necios, y cambiaron la gloria del Dios incorruptible en semejanza de imagen de hombre corruptible, de aves, de cuadrúpedos y de reptiles." Romanos 1:21-23
"Pues habiendo conocido a Dios"
Los versículos previos hablan de la ira de Dios sobre los hombres injustos, quienes no pueden poner por excusa su ignoracia respecto a Dios ya que nuestro Señor mismo se revela de una y muchas formas a través de la creación. Sin embargo, los cristianos conocemos a Dios no sólo por medio de la creación sino a través de una revelación personal. Creo que con mayor razón y rigurosidad estos versículos se aplican a los crisitianos.
"No le glorificaron como a Dios"
“Dad a Jehová la gloria debida a su nombre; Adorad a Jehová en la hermosura de la santidad.” Salmos 29:2
- ¿Estamos dando al Señor la gloria debida a su nombre?
- ¿Nuestra vida da testimonio y sirve para glorificar el nombre de Dios?
- ¿Qué es dar a Dios la gloria debida a su nombre?
“Ni le dieron gracias”
- ¿Tenemos un corazón agradecido para Dios?
- ¿Soy consciente del por qué debo estar agradecido con Dios?
- ¿Soy agradecido?
- ¿Le doy las gracias con mi vida y con mis palabras?
- ¿Soy consciente de que mi vida sólo tiene sentido en Él y de que su sangre preciosa me ha limpiado de todo pecado?
“Se envanecieron en sus razonamientos”
- ¿Pretendemos torcer la verdad de Dios con nuestros propios razonamientos?
- ¿Sometemos la palabra de Dios a la relatividad de nuestras subjetividades?
Esto es muy delicado. La Palabra de Dios dice:
“¡Ay de los que a lo malo dicen bueno, y a lo bueno malo; que hacen de la luz tinieblas, y de las tinieblas luz; que ponen lo amargo por dulce, y lo dulce por amargo!” Isaías 5:20
“Profesando ser sabios, se hicieron necios”
“Los sabios heredarán honra, Mas los necios llevarán ignominia.” Proverbios 3:35
“El sabio de corazón recibirá los mandamientos; Mas el necio de labios caerá.” Proverbios 10:8
“y su necio corazón fue entenebrecido”
Una vez que la necedad llega al corazón del hombre, lo entenebrece. Es decir, lo vuelve tinieblas. Aquel corazón que alguna vez albergaba la luz de la salvación en Cristo Jesús, ese corazón que anhelaba la voluntad del Padre y que se humillaba delante de él; se empieza a apagar y a desear andar por caminos distintos a los que Dios tiene planeados para nosotros.
“y cambiaron la gloria del Dios incorruptible en semejanza de imagen de hombre corruptible, de aves, de cuadrúpedos y de reptiles”
No es raro, entonces, que el motivo de la adoración de un corazón entenebrecido, de una mente cegada por la necedad y de un alma envanecida, deje de ser el único Dios verdadero y pase a ser el mismo hombre ya corrompido en su propia vanidad. No es raro que el hombre en tal condición sea presa fácil del pecado y sea sometido a una esclavitud vergonzosa. No es raro que el hombre vuelva sus ojos a la creación y la adore: que adore las riquezas, las posesiones, los animales.
Es necesario, pues, guardarnos
"Así que, el que piensa estar firme, mire que no caiga."
1 Corintios 10:12"Nunca se aparten de ti la misericordia y la verdad; átalas a cuello, escríbelas en la tabla de tu corazón; y hallarás gracia y buena opinión ante los ojos de Dios y de los hombres. Fíate de Jehová de todo tu corazón, y no te apoyes en tu propia prudencia. Reconócelo en todos tus caminos, y él enderezará tus veredas. " Proverbios 3:3-6
Dios les bendiga,
Marco