domingo, 26 de agosto de 2007

Dios no puede ser burlado

Sofonías 1:1-13

Estos primeros trece versículos del libro del profeta Sofonías me han dejado de una pieza! Todos sabemos que Dios es santo y que sus juicios son justos, pero este pasaje de la escritura nos lleva a una confrontación personal. Este pasaje habla con mucha claridad acerca del día del Juicio del Señor. En aquel día, todo habrá de ser juzgado y nada escapará delante de los ojos de Dios.

Cuando terminé de leer estos versículos, lo que se me vino a la mente, con insistencia, fue:

"No os engañéis; Dios no puede ser burlado: pues todo lo que el hombre sembrare, eso también segará. " Gálatas 6:7

En efecto, Dios no puede ser burlado. En otras palabras, nadie se puede burlar de Dios: ni los que no lo conocen, ni los cristianos. En aquel día, todo recibirá su justa paga.

Destrucción de todas las cosas

"Destruiré por completo todas las cosas de sobre la faz de la tierra, dice Jehová. Destruiré los hombres y las bestias; destruiré las aves del cielo y los peces del mar, y cortaré a los impíos; y raeré a los hombres de sobre la faz de la tierra, dice Jehová. " Sofonías 1:2-3

Esto sí que está fuerte. Quizá por allí alguien pueda pensar que a Dios "se le está pasando la mano", que se "recontra molestó". Pero no es así. Como pongo al principio de este post, sus juicios son siempre justos. Tal vez alguien por allí diga: "¿Qué han hecho las bestias, las aves, los peces y la creación? ¿Qué culpa tienen ellos de las maldades de los hombres?" Bueno, la creación en sí misma no es responsable de los actos del hombre. Sin embargo, la creación entera fue contaminada por el pecado del hombre y está esperando su redención. En un post anterior ("La creación gime") se toca este punto. La creación será destruida, pero Dios hará cielos nuevos y nueva tierra, una nueva creación pura y según su propósito.
Dice el versículo 3 que Dios exterminará a los hombres de sobre la faz de la tierra. Quizá esto también suene muy duro, pero no hay que temer. Todos algún día vamos a morir y siempre podremos decir: "... para mí el vivir es Cristo, y el morir es ganancia. " Filipenses 1:21

Juicio a su pueblo, a su Iglesia (vs. 4-6, 12)

"Extenderé mi mano sobre Judá, y sobre todos los habitantes de Jerusalén..."

Para santificarla

"y exterminaré de este lugar los restos de Baal, y el nombre de los ministros idólatras con sus sacerdotes"

Baal era un dios pagano, quizá uno de los más representativos. El pueblo de Judá se contaminó muchas veces con la adoración a este falso dios. Por eso, el Señor, en su día, destruirá todo rastro de Baal. Es decir, todo rastro de contaminación dentro de la iglesia. Toda idolatría será descubierta y destruida. La idolatría o adoración a todo aquello que pueda apartar de Dios a su iglesia será descubierta y destruida. El amor al dinero, el egoísmo, el abuso, el engaño, la mentira, el amor al poder, el pecado que esclaviza. Todo será destruido y como heno o paja será quemado.

Aquellos que ostentan algún tipo de autoridad dentro de la iglesia, estarán sometidos a este juicio y, en el caso de que su vida sea como la de los sacerdotes y ministros mencionados en el versículo (una doble vida), serán igualmente expuestos y destruidos con su pecado. Yo sé que esto último suena bien fuerte, pero eso es exactamente lo que dice la Palabra de Dios. Si te sientes desanimado con estas palabras y anhelabas en tu corazón servir al Señor en algún cargo dentro de la Iglesia, quiero decirte que no tienes por qué sentirte así. Es un privilegio servir a Dios, pero debemos servirle con temor y amor. Él es santo y no puede ser burlado.

Acabemos con la doble vida

"y a los que sobre los terrados se postran al ejército del cielo, y a los que se postran jurando por Jehová y jurando por Milcom"

Existen cristianos que llevan una doble vida. Cuando están ante la presencia de otros, se muestran espirituales, muchos de ellos parecen ser un ejemplo a seguir. Sin embargo, cuando nadie los ven, hacen lo malo ante los ojos de Dios. Son como aquellos que sobre los terrados se postran a adorar el sol, la luna, las estrellas, el zodiaco. O como aquellos que se postran ante Dios y luego lo hacen ante cualquier pecado, sometiendo su vida a la esclavitud del diablo.
Por eso, lo más importante es vivir santamente delante de Dios. Consagrados para él. Buscándole de todo corazón y apartándonos del mal. Viviendo una vida cristiana auténtica, delante de los ojos de los hombres y delante de los ojos de Dios.

No dejemos de buscar a Dios con todo nuestro corazón

"y a los que se apartan de en pos de Jehová, y a los que no buscaron a Jehová, ni le consultaron. "

El versículo dice que los que se apartan serán destruidos. Que los que no buscan al Señor, también lo serán y aquellos que ni siquiera le consultaron, enfrentan el mismo destino.
Por ello, más que nunca, los animo (y me animo a mí mismo) a buscar a Dios de todo corazón, a no apartarnos de Él, a huir y alejarnos lo más posible del pecado , a no apartarnos sino a tomar la decisión de ir en pos de nuestro Dios cada día, a consultarle nuestras decisiones, a depender de él.

No pensemos que esto son fábulas, que nada va a pasar

"Acontecerá en aquel tiempo que yo escudriñaré a Jerusalén con linterna, y castigaré a los hombres que reposan tranquilos como el vino asentado, los cuales dicen en su corazón: Jehová ni hará bien ni hará mal."

Así como no debemos dudar ni un momento de sus promesas ("todas sus promesas son en Él sí y en Él, amén"), tampoco debemos ignorar sus advertencia. Todo está en nuestras manos y en la decision que tomemos. Si vamos a seguir a Dios, que sea con todo el corazón, si no va a ser así, de nada vale. Ser tibio no ayuda.
Aquellos que viven despreocupados e indiferentes a las advertencias de Dios, tienen ya su destino escrito.

Juicio a los que hacen maldad, a los enemigos de Dios
(vs. 8-11)
El juicio también caerá sobre aquellos que, apartados de Dios, ignorando su gracia, se aprovechan de los débiles, engañan, roban, mienten, hablan mal de otros, destruyen y hacen toda clase de maldades. Como dice la Palabra de Dios, el castigo llegará y será terrible.
Por ello, si nos da pena el destino de estas personas que ignoran a Dios, en lugar de tratar de medir la justicia de Dios, en lugar de pensar si esto es justo o no (que sí lo es), nuestra única muestra de amor genuino y auténtico hacia ellos es: anunciarles el evangelio. Sólo si le entregan su vida a Cristo, sólo si nacen de nuevo, podrán seguir al Señor con fidelidad. Es la única manera.

Esto no es un juego
No nos podemos burlar de Dios. Esto no es un juego. No podemos jugar a ser cristianos.
  • Tener una Biblia en la mano no basta.
  • Servir en la Iglesia (no importa en qué posición) no es suficiente.
  • Predicar el evangelio no basta.
  • Ser el "buen hermano" que se preocupa por lo demás no alcanza.
  • Ser el más esforzado en el servicio a Dios tampoco cubre la medida.
  • Participar de todas las reuniones de la Iglesia, no salva

Dios demanda CONSAGRACION, SANTIDAD. En esto consiste el verdadero amor por Él. De aquí se derivan la obediencia, el servicio, el evangelismo, el congregarse, el entregarse por amor a los demás. Sin el genuino amor por Dios, todo lo demás es insuficiente.

Algunas veces he escuchado a algunos hermanos decir que ellos son cristianos, pero que no son "fanáticos". De esa manera, pretenden conducir su vida buscando "un equilibrio" entre sus motivaciones personales y lo que Dios pretende para sus vidas. ESO NO ESTÁ BIEN. No hay equilibrio que valga aquí. No hay sentido común ni razonamiento humano que tengan algún tipo de valor. No necesitamos sentido común, necesitamos sentido divino. Es decir, necesitamos que Dios le dé sentido a nuestras vidas, que las conduzca.

Los dejo con el versículo que inicié esta reflexión (añadiendo el vs. 8)

"No os engañéis; Dios no puede ser burlado: pues todo lo que el hombre sembrare, eso también segará. Porque el que siembra para su carne, de la carne segará corrupción; mas el que siembra para el Espíritu, del Espíritu segará vida eterna."
Gálatas 6:7-8


Dios les bendiga,
Marco

Nota:
Sobre el conducirnos bajo nuestro propio criterio, pueden ver el post "¿Hasta cuándo pondré consejos en mi alma?"

miércoles, 22 de agosto de 2007

La bendición de ayudar

Salmos 41:1-13

Hola una vez más, amados hermanos.
Luego del drama del terremoto, quiero compartir con ustedes lo que el Señor me ha hablado el día de hoy. Esta reflexión tiene que ver con lo que está a nuestro alcance hacer y lo que Dios quiere hacer por nosotros. Una vez más se cumple la ley de la siembra y la cosecha ("todo lo que el hombre sembrare, eso también segará" Gálatas 6:7b).
Estamos viviendo tiempos difíciles en nuestra nación, tiempos que retan nuestra generosidad, nuestra solidaridad.

"Bienaventurado el que piensa en el pobre; en el día malo lo librará Jehová. Jehová lo guardará, y le dará vida; será bienaventurado en la tierra, y no lo entregarás a la voluntad de sus enemigos. Jehová lo sustentará sobre el lecho del dolor; mullirás toda su cama en su enfermedad" Salmos 41:1-3
Comparto con ustedes en qué consiste la bendición de ayudar.

Condición de la bendición
"Bienaventurado el que piensa en el pobre".
Estos primeros 3 versículos empiezan con esta frase. Resulta claro que esta frase no se refiere a un ejercicio mental. Más bien, se refiere a que somos bienaventurados cuando pensamos (en el sentido de considerar, de comprender, de entender y de ponernos en su lugar) en el pobre con empatía. Este tipo de pensamiento, inevitablemente, nos conduce a la acción: la generosidad, la solidaridad.

Bendición: Protección
"en el día malo lo librará Jehová"

Bendición: Seguridad
"Jehová lo guardará"

Bendición: Vida
"le dará vida"

Bendición: Prosperidad
"será bienaventurado en la tierra"

Bendición: Propósito Divino
"no lo entregarás a la voluntad de sus enemigos"

Bendición: Fortaleza
"Jehová lo sustentará sobre el lecho del dolor"

Bendición: Consuelo en la dificultad
"mullirás toda su cama en su enfermedad"

Bienaventurado el que piensa en el pobre
En esta última semana, muchos de nosotros hemos colaborado con los damnificados de Ica, Pisco y Chincha a través de nuestra red y esos donativos se hicieron llegar a la iglesia y ya deben haber sido de bendición para aquellos que han sufrido en mayor magnitud las consecuencias de este desastre.
Sin embargo, las necesidades de estas personas exceden largamente todo tipo de ayuda recibida hasta hoy. Por ello, me animo a motivarlos a que, como dice el pasaje de hoy, "piensen en el pobre" y sigan haciendo llegar, a través de alguno de los varios medios disponibles, su ayuda a estas personas. Dios nos ha bendecido para que podamos bendecir.

"Porque tuve hambre, y me disteis de comer; tuve sed, y me disteis de beber; fui forastero, y me recogisteis; estuve desnudo, y me cubristeis; enfermo, y me visitasteis; en la cárcel, y vinisteis a mí. Entonces los justos le responderán diciendo: Señor, ¿cuándo te vimos hambriento, y te sustentamos, o sediento, y te dimos de beber? " Mateo 25:35-37
"Y respondiendo el Rey, les dirá: De cierto os digo que en cuanto lo hicisteis a uno de estos mis hermanos más pequeños, a mí lo hicisteis. " Mateo 25:40
Dios les bendiga,
Marco

jueves, 16 de agosto de 2007

La creación gime

En esta oportunidad, no voy a compartir mi devocional del TcD.
Cuando llegué hoy a la oficina, aquí en Sudán, me enteré por unos compañeros de la triste noticia del terremoto que ha golpeado a nuestra nación, especialmente a Ica, Pisco, Chincha y otros pueblos más al sur de Lima. Lo primero que hice fue llamar a casa y buscar la tranquilidad de saber que todos están bien. Gracias a Dios, ha sido así.

Sin embargo, me he sentido muy triste y conforme avanzaba el día me sentía peor al ver cómo las cifras de personas fallecidas crecía de manera abrumadora.

¿Por qué?
Supongo que, sobretodo entre las personas que no conocen a Dios surge esta pregunta. Habrán algunos que se preguntarán: "¿Dónde está Dios que permite que todo esto ocurra?¿Por qué tenemos que sufrir?
La única respuesta que se me puede venir a la mente ante tales preguntas es la siguiente:

“porque también la creación misma será libertada de la esclavitud de corrupción, a la libertad gloriosa de los hijos de Dios. Porque sabemos que toda la creación gime a una, y a una está con dolores de parto hasta ahora; y no sólo ella, sino que también nosotros mismos, que tenemos las primicias del Espíritu, nosotros también gemimos dentro de nosotros mismos, esperando la adopción, la redención de nuestro cuerpo”. Romanos 8:21-23

Antes no fue así
El propósito, la voluntad de Dios, nunca fue que el hombre esté expuesto a esta clase de sufrimientos. Dios nunca quiso que que la creación se vuelva contra el hombre y lo destruyera. Recordemos:

"Y vio Dios todo lo que había hecho, y he aquí que era bueno en gran manera. Y fue la tarde y la mañana el día sexto. " Génesis 1:31

Lo que creó Dios fue bueno, y lo fue en gran manera. Y en medio de esta creación perfecta, puso al hombre:

"Entonces Jehová Dios formó al hombre del polvo de la tierra, y sopló en su nariz aliento de vida, y fue el hombre un ser viviente. 2:8 Y Jehová Dios plantó un huerto en Edén, al oriente; y puso allí al hombre que había formado. 2:9 Y Jehová Dios hizo nacer de la tierra todo árbol delicioso a la vista, y bueno para comer; también el árbol de vida en medio del huerto, y el árbol de la ciencia del bien y del mal." Génesis 2:7-9

El plan original de Dios era que el hombre viviera en un lugar hermoso, con abundancia de provisión y con una naturaleza sometida no sólo a Dios, sino también al hombre:

"Y los bendijo Dios, y les dijo: Fructificad y multiplicaos; llenad la tierra, y sojuzgadla, y señoread en los peces del mar, en las aves de los cielos, y en todas las bestias que se mueven sobre la tierra. " Génesis 1:28

El hombre echó a perder el plan de Dios
Dios puso, pues, al hombre y a la mujer en medio de un huerto precioso, perfecto, con toda clase de bendiciones y alimentos de la mejora calidad. Además, el hombre tenía autoridad sobre el resto de la creación. Pero, por encima de todo, el hombre y la mujer tenían comunión directa con Dios. Sus cuerpos no estaban contaminados por el pecado.
Adán y Eva tenían todo ese paraíso a su disposición. Sólo necesitaban ser obedientes a Dios y no comer del árbol de la ciencia del bien y del mal.
Sin embargo, obedecieron al consejo de la serpiente (se pusieron voluntariamente bajo la autoridad del diablo) y desobedecieron a Dios (se apartaron de la cobertura de nuestro Señor).

"Y al hombre dijo: Por cuanto obedeciste a la voz de tu mujer, y comiste del árbol de que te mandé diciendo: No comerás de él; maldita será la tierra por tu causa; con dolor comerás de ella todos los días de tu vida. " Génesis 3:17

Desde que el hombre pecó, perdió la autoridad que Dios le había dado sobre la naturaleza y ella misma fue contaminada a causa del pecado. Desde entonces, el hombre no sólo obtiene el fruto de la tierra con dolor, sino que vive en la tierra con dolor, muchas veces siendo víctima de la misma creación.

Pero no todo está perdido
El propósito de Dios cuando creó al hombre sigue estando en su corazón y quiere que tengamos acceso al paraíso, a su presencia y a una creación gloriosa.

Nuevos hombres y mujeres para Dios
Nuestro Señor desea restaurar tanto al hombre como a su creación. Pero es necesario empezar de nuevo.

"Respondió Jesús y le dijo: De cierto, de cierto te digo, que el que no naciere de nuevo, no puede ver el reino de Dios. " Juan 3:3
"De modo que si alguno está en Cristo, nueva criatura es; las cosas viejas pasaron; he aquí todas son hechas nuevas. " 2 Corintios 5:17


Tenemos que nacer de nuevo. Morir a nuestra vieja naturaleza y entender que el Señor Jesús entregó su vida para pagar por nuestro pecado, para limpiarnos de toda carga de culpa y para adoptarnos por hijos suyos. Tenemos que estar en Cristo (esto debe ser una práctica constante)para ser nuevas criaturas y dejar todo lo demás atrás.

Nueva creación: nuevos cielos y nueva tierra.
En realidad, la tierra sigue esperando su redención. La creación entera fue contaminada por nuestro pecado.

"Porque he aquí que yo crearé nuevos cielos y nueva tierra; y de lo primero no habrá memoria, ni más vendrá al pensamiento. Mas os gozaréis y os alegraréis para siempre en las cosas que yo he creado; porque he aquí que yo traigo a Jerusalén alegría, y a su pueblo gozo. " Isaías 65:17-18

"Vi un cielo nuevo y una tierra nueva; porque el primer cielo y la primera tierra pasaron, y el mar ya no existía más. Y yo Juan vi la santa ciudad, la nueva Jerusalén, descender del cielo, de Dios, dispuesta como una esposa ataviada para su marido. Y oí una gran voz del cielo que decía: He aquí el tabernáculo de Dios con los hombres, y él morará con ellos; y ellos serán su pueblo, y Dios mismo estará con ellos como su Dios. " Apocalipsis 21:1-3


Gracias a Dios que ese día llegará y nuestros cuerpos serán incorruptibles y llegaremos a ver una nueva creación y estaremos ante la misma presencia de Dios.

Dios les bendiga,
Marco

lunes, 13 de agosto de 2007

El malo prospera... ¿y qué?

Salmo 37:1-11

"No te impacientes a causa de los malignos, ni tengas envidia de los que hacen iniquidad."
"No te alteres con motivo del que prospera en su camino, por el hombre que hace maldades"
Salmos 37:1a,7b


¿Por qué ellos sí y yo no?
¿Cuántas veces nos hemos preguntado: por qué prospera el malo? ¿Cuántas veces hemos sentido que ésa es una situación totalmente injusta? ¿Cuántas veces hemos escuchado a algún hermano o hermana decir: "¿por qué no puedo prosperar? ¿cómo es posible que los mundanos que hacen maldades tengan riquezas?". Algunas veces he llegado a oír decir algo como: "mejor me vuelvo al mundo, dejo de pagar impuestos y no diezmo y pienso en mí y me va a ir mejor".

Esto es lo que el Señor, con amor, les dice a aquellos que han llegado a pensar de esa manera:
"Deja la ira, y desecha el enojo; No te excites en manera alguna a hacer lo malo" Salmos 37:8

¿Una explicación a esto?
Quizá tratar de ensayar una explicación sea muy complicado. El hombre natural, aquel que no le ha entregado su vida a Cristo, vive haciendo uso de sus capacidades y, en muchos casos, de sus deshonestidades, para juntar dinero. ¿Lo consigue? Pues, sí. La verdad es que el que no paga impuestos se queda con el dinero, el que explota a sus trabajadores obtiene más ganancias, el que roba se queda con el botín, el juez injusto se queda con la coima y el narcotraficante con el dinero que produce la adicción de sus víctimas. Esto es, lamentablemente, verdad.
También es verdad que, en términos humanos, es mucho más difícil prosperar y acumular riquezas actuando con honestidad y justicia. Pero, aunque es mucho más difícil, es mucho más satisfactorio.

Sin embargo...
Las riquezas del injusto, del impío no duran:
"Porque como hierba serán pronto cortados, y como la hierba verde se secarán"
"Porque los malignos serán destruidos, pero los que esperan en Jehová, ellos heredarán la tierra"
Salmos 37:3,9

Pero aquel (o aquella) que permanece fiel, heredará la tierra:
"Pero los que esperan en Jehová, ellos heredarán la tierra." Salmos 37:9b

¿Cómo evitar la tortura?
Cuando estos pensamientos rodean nuestra mente, se convierten en una tortura. Es como un martillo que, persistentemente, golpea el alma. Es como si se escuchara una voz interior que declara lo terriblemente injusta que es la situación, que mejor sería ser uno más de aquellos que viven de espaldas a Dios. Esa voz, de seguro, no proviene de Dios; y esa tortura, definitivamente, no la está ocasionando nuestro Señor.

¿Hacia dónde enfocas tu mirada?
Aquel que se queja de estas injusticias, aquella que mira la prosperidad del mundano o la del hermano "no tan espiritual", es una persona que está haciendo precisamente eso: mirar al hombre y compararse con lo que sus ojos ven. Y reclamar por lo que ante sus ojos es injusto.

La importancia de enfocar correctamente la mirada
Mientras escribía este devocional, recordé un efecto visual que comúnmente se ve en las películas: cuando la cámara se enfoca en un personaje, el resto de imágenes alrededor no se ven tan claras. Algo más o menos parecido ocurre con nuestra mirada. Cuando enfocamos nuestra mirada en algún objeto, lo que está alrededor se va haciendo borroso y si fijamos la mirada y no desviamos nuestra atención, lo demás puede llegar, incluso, a desaparecer.

Cuando enfocamos nuestra mirada en Dios, nada de lo que haga el mundo importa ni cuenta. Cuando estamos enfocados en nuestro Señor, vemos lo que Él puede hacer y va a hacer en nuestras vidas. No hay lugar para la envidia, para el malestar, sino para el compromiso con el Señor, para serle fiel y para humillarnos delante de Él para que su precioso plan se cumpla en nuestra vida.
"Deléitate asimismo en Jehová, y Él te concederá las peticiones de tu corazón. Encomienda a Jehová tu camino y confía en Él; y Él hará" Salmos 37:4-5
Cuando, por el contrario, fijamos nuestra mirada en el hombre, nuestra percepción de Dios se hace borrosa y nuestro entendimiento de sus propósitos se hace prácticamente nulo. Entonces, empezamos a quejarnos y la tortura empieza a atacar nuestra vida.

El ejemplo de nuestro Señor Jesucristo
"Por tanto, nosotros también, teniendo en derredor nuestro tan grande nube de testigos, despojémonos de todo peso y del pecado que nos asedia, y corramos con
paciencia la carrera que tenemos por delante, puestos los ojos en Jesús, el autor y consumador de la fe, el cual por el gozo puesto delante de él sufrió la cruz, menospreciando el oprobio, y se sentó a la diestra del trono de Dios. "
Hebreos 12:1-2

Este es el mejor ejemplo. Nuestro Señor Jesús fue crucificado CON TOTAL INJUSTICIA. El que no cometió pecado estaba sufriendo el castigo dado a los peores criminales. La situación, humanamente hablando era INJUSTA. Pero nuestro Señor Jesús, bendito sea Él, puso el gozo delante de Él. En otras palabras, en ese momento tenía su mirada enfocada, no en las circunstancias sino, en el propósito de Dios. En ese momento, su gozo eras tú y era yo. En ese momento, durísimo y dolorosísimo, tú y yo estábamos en su mente y en su corazón y en su mirada estaba el día en que su sangre preciosa nos habría de limpiar de todos nuestros pecados. Jesús nunca desvió la mirada del Padre. Nunca se apartó de sus propósitos. Como un cordero no abrió su boca, no se quejó.


Dios los bendiga,
Marco

domingo, 12 de agosto de 2007

¡Cuidado con la soberbia!

Salmos 36:1-12

¿Cuál es el origen de la soberbia?
La ausencia del temor de Dios (un respeto reverente, amoroso a nuestro Señor, un deseo de no pecar para no ofenderlo o entristecerlo; y si se pecó, un deseo inmediato de estar a cuentas con Dios y de no volver a cometer el pecado).

"No hay temor de Dios delante de sus ojos. Se lisonjea, por tanto, en sus propios ojos" Salmo 36:1b-2a

Es decir, como no hay temor de Dios en la vida del impío, se lisonjea. Aquel que se lisonjea (alaba) ante sus propios ojos no es otra cosa sino un soberbio.

¿Qué pasa con el soberbio? (vs. 2-4)
Cree que nadie notará sus maldades
El soberbio pretende engañarse a sí mismo diciéndose que las cosas que hace no están mal y, en todo caso, nadie las notará. Pero Dios conoce el corazón del hombre y nada escapa delante de sus ojos.

"No os engañéis; Dios no puede ser burlado: pues todo lo que el hombre sembrare, eso también segará" Gálatas 6:7

Habla maldad y engaño

Aunque no lo note, su boca se llena de iniquidad y fraude (mentira, engaño)
"El temor de Jehová es aborrecer el mal; La soberbia y la arrogancia, el mal camino, Y la boca perversa, aborrezco." Proverbios 8:13

Pierde la razón
Hace a un lado la cordura y actúa con imprudencia, orgullo y hasta torpeza. Todo esto porque la soberbia lo domina y ha tomado control de su vida y de sus actos.
"La soberbia de tu corazón te ha engañado, tú que moras en las hendiduras de las peñas, en tu altísima morada; que dices en tu corazón: ¿Quién me derribará a tierra?" Abdías 1:3


Camina por malos caminos
No es raro que aquel que habla maldad termine haciéndola. Por maldad me refiero, no sólo a tratar de destruir a alguien, sino a cualquier camino malo que, finalmente, terminará por destruir al soberbio.

No ABORRECE el mal
El soberbio se vuelve tolerante con el pecado y la maldad. Podría decir de sí mismo que tiene una "mente abierta". En efecto es así: su mente está abierta a la corriente de este mundo, al pecado, a las malas obras.
El verdadero cristiano, no sólo no debe tolerar el pecado y la maldad en su vida, debe aborrecerlos.
"Los que amáis a Jehová, aborreced el mal; El guarda las almas de sus santos; De mano de los impíos los libra." Salmos 97:10


¿Soberbio yo? ... Nada que ver ... yo soy cristiano.


¡CUIDADO!
Creo que David fue una persona con un testimonio muy grande de humildad delante de Dios. Sin embargo, él mismo pide al Señor que lo guarde de la soberbia y que no se comporte como un impío más. Pues la soberbia trae derrota, fracaso y vergüenza.


"He aquí yo estoy contra ti, oh soberbio, dice el Señor,
Jehová de los ejércitos; porque tu día ha venido, el tiempo en que te castigaré.
Y el soberbio tropezará y caerá, y no tendrá quien lo levante; y encenderé fuego en sus ciudades, y quemaré todos sus alrededores. " Jeremías 50:31-32

"Antes del quebrantamiento es la soberbia, Y antes de la
caída la altivez de espíritu." Proverbios 16:18


Dios les bendiga,
Marco

sábado, 11 de agosto de 2007

Perseguido, pero no desamparado


Salmos 35:17-28

Como en los versículos anteriores, este salmo muestra el clamor del rey David por ser librado de sus enemigos que con suma crueldad lo perseguían sin darle ninguna tregua.

Sin embargo, en medio de todo ese clamor, de esa angustia, hasta desesperación ("Muévete y despierta para hacerme justicia, Dios mío y Señor mío, para defender mi causa" v.23), encontramos el versículo 18, que parece salirse completamente del contexto de su clamor:

"Te confesaré en grande congregación; te alabaré en medio de numeroso pueblo" Salmo 35:18
Y luego, continúa con su clamor pidiéndole al Señor que lo defienda y que impida que sus enemigos se burlen de él, que sean avergonzados y que sus caminos sean confundidos.

Este versículo 18, es más una declaración de alabanza, una confesión de fe, que bien podría estar en cualquiera de los otros muchos salmos de exaltación y alabanza a nuestro Dios. ¿Cómo es que encaja aquí?

¿Qué había en el corazón de David?
Creo que lo que había era angustia, desesperación y el deseo que, de una vez por todas, Dios haga justicia, destruya el camino de sus enemigos y pague con justicia la fidelidad de su siervo.

Pero había algo más en su corazón: Por un momento, en medio del sufrimiento, David recordó su llamado, el propósito de Dios para su vida. David estaba llamado a ser rey sobre Israel, estaba llamado a sentarse en el trono de Israel. Sin embargo, su corazón no vio la honra que le habría de ser tributada, no vió las comodidades del palacio ni lo sabroso de las comidas. David no vio el poder ni las conquistas. Lo que estaba en el corazón de David era el gozo de ver que todo el pueblo habría de confesar el nombre del Señor y de alabarle con todo su corazón, y él (David) estaría en medio de ellos. Su anhelo no era estar a la cabeza o en una posición de honra, su deseo era estar en medio de una grande congregación alabando a nuestro buen Dios.

No estamos solos
Aunque sintamos que estamos en la noche más oscura, aunque parezca que somos injustamente perseguidos o que todo se vuelve en nuestra contra, debemos recordar que Dios tiene un propósito para nuestras vidas, un plan y que Él nunca nos desamparará ni nos dejará. Ninguna cosa creada nos puede apartar de su amor. Los dejo con un versículo que nos anima a que en medio de la prueba procuremos que la vida de Jesús se manifieste en nosotros.

"Pero tenemos este tesoro en vasos de barro, para que la excelencia del poder sea de Dios, y no de nosotros, que estamos atribulados en todo, mas no angustiados; en apuros, mas no desesperados; perseguidos, mas no desamparados; derribados, pero no destruidos; llevando en el cuerpo siempre por todas partes la muerte de Jesús, para que también la vida de Jesús se manifieste en nuestros cuerpos. " 2 Corintios 4:7-10

Dios les bendiga,

Marco

jueves, 9 de agosto de 2007

¡Que no quede ni uno solo!

El día de hoy he estado leyendo, en mi TcD, el Samo 35:1-10. La verdad es que cuando le di la primera leída no sabía muy bien que me quería decir el Señor. En casi todos estos versículos se puede encontrar un clamor de David para que el Señor destruyera a sus enemigos:

"Sean avergonzados y confundidos los que buscan mi vida; sean vueltos atrás y avergonzados los que mi mal intentan. Sean como el tamo delante del viento, y el ángel de Jehová los acose. Sea su camino tenebroso y resbaladizo y el ángel de Jehová los persiga. Véngale el quebrantamiento sin que lo sepa, y la red que él escondió lo prenda; con quebrantamiento caiga en ella" Salmos 35:4-6,8

Todos, en algún momento de nuestras vidas, tenemos que enfrentar a ciertas personas que nos oponen resistencia, que nos fastidian, que hablan mal de nosotros, o que nos hacen la vida a "cuadritos". Quizá en algún momento hayamos orado al Señor pidiendo justicia; tal vez, pidiendo que aparte a esas personas de nuestra vida. Dudo mucho que alguno de nosotros haya orado al Señor pidiendo algo malo para ellas.

Sin embargo, es curioso que David ore pidiendo a Dios, no tan solo que aparte a sus enemigos sino que sean avergonzados, confundidos, que sean como hojarasca llevada por el viento, que Dios mismo los persiga, que su camino sea horrible, resbaladizo, que les venga el quebrantamiento (sufrimiento) antes de que se den cuenta, que caigan en sus propias trampas. Es decir, parece que David se puso realmente bravo. No sólo quería ser librado de sus enemigos, sino quería su perdición total.

Por eso, me sentí tentado a enfocarme en meditar únicamente en los últimos dos versículos de la meditación de hoy que hablan de la salvación que viene del Señor. Pero, como no me sentí cómodo con esta actitud, decidí meditar más en los otros 8 versículos y tratar de entender qué es lo que el Señor me quería decir ("toda la palabra es inspirada por Dios").

¿Por qué era perseguido el rey David?
Una de las primeras cosas que recordé es que David había sido ungido rey por el profeta Samuel (instruido por Dios). Sin embargo, David fue perseguido no por sus crímenes, no por sus injusticias, robos o engaños. David fue perseguido a causa de su llamado. Sus enemigos buscaban acabar con su vida para evitar que él asuma el cargo para el cual fue ungido. David fue perseguido de manera tan cruel por quienes se oponían al propósito de Dios para su vida.
Como sabemos, Dios dice de David que tenía "un corazón conforme al suyo". David andaba en integridad y con fidelidad a los planes de Dios.

El clamor
Por un momento trato de ponerme en el lugar del rey David. Fue perseguido con suma crueldad y persistencia. David era el legítimo rey por voluntad divina, pero un hombre no quería dejar el trono y buscó de muchas maneras acabar con su vida. Imagino que tendría una sensación de injusticia monstruosa, de aflicción y de sufrimiento. Pero más allá de ello, David entendía que éstos, más que sus enemigos, eran enemigos de Dios. Es en ese contexto, y con esa visión, que clama por la destrucción de sus enemigos.

Nuestros enemigos

"Porque no tenemos lucha contra sangre y carne, sino contra principados, contra potestades, contra los gobernadores de las tinieblas de este siglo, contra huestes espirituales de maldad en las regiones celestes". Efesios 6:12

Aunque no lo parezca, nuestros enemigos no son personas de carne y hueso. Son seres espirituales de maldad, en otras palabras: el diablo y sus secuaces los demonios.

Dios tiene un plan para nuestra vida
Ya sabemos que la voluntad de Dios para nosotros es buena, agradable y perfecta. El día que decidimos voluntariamente abrirle las puertas de nuestro corazón para recibirlo como Señor y Salvador de nuestras vidas fuimos perdonados y liberados de todas nuestras culpas. Nuestro destino cambió y nuestro entendimiento se abrió. Desde entonces, hemos comprendido que nuestra vida le pertenece por completo a aquel que se entregó por nosotros. Nuestras metas, nuestros sueños, nuestros anhelos, nuestro futuro: todo le pertenece a nuestro Dios.

¿Qué buscan nuestros enemigos?
Al igual que con el rey David, nuestros enemigos buscan apartarnos (de todas las formas posibles) del plan de Dios para nuestras vidas. Ellos buscan evitar que llevemos a cabo aquello para lo cual hemos sido llamados por Dios. Son nuestros enemigos, pero fundamentalmente son enemigos de Dios.


Nuestro clamor

Por eso, al igual que el rey David, nuestro clamor ante Dios debe estar orientado a ser librado de nuestros enemigos. No sólo debemos pedirle que aparte de nosotros la tentación, que nos ayude a no apartarnos de los planes que nuestro Señor tiene para nosotros. Debemos desarrollar la misma actitud de David: debemos aprender a detestar a estos enemigos, a no tener misericordia ni compasión de ellos. Diría, debemos odiarlos. El pecado, la tentación, nos deben resultar repulsivos y debemos desear que para nosotros estén fulmidados, destruidos, acabados, aplastados, derribados.

Dios les bendiga,
Marco