lunes, 13 de agosto de 2007

El malo prospera... ¿y qué?

Salmo 37:1-11

"No te impacientes a causa de los malignos, ni tengas envidia de los que hacen iniquidad."
"No te alteres con motivo del que prospera en su camino, por el hombre que hace maldades"
Salmos 37:1a,7b


¿Por qué ellos sí y yo no?
¿Cuántas veces nos hemos preguntado: por qué prospera el malo? ¿Cuántas veces hemos sentido que ésa es una situación totalmente injusta? ¿Cuántas veces hemos escuchado a algún hermano o hermana decir: "¿por qué no puedo prosperar? ¿cómo es posible que los mundanos que hacen maldades tengan riquezas?". Algunas veces he llegado a oír decir algo como: "mejor me vuelvo al mundo, dejo de pagar impuestos y no diezmo y pienso en mí y me va a ir mejor".

Esto es lo que el Señor, con amor, les dice a aquellos que han llegado a pensar de esa manera:
"Deja la ira, y desecha el enojo; No te excites en manera alguna a hacer lo malo" Salmos 37:8

¿Una explicación a esto?
Quizá tratar de ensayar una explicación sea muy complicado. El hombre natural, aquel que no le ha entregado su vida a Cristo, vive haciendo uso de sus capacidades y, en muchos casos, de sus deshonestidades, para juntar dinero. ¿Lo consigue? Pues, sí. La verdad es que el que no paga impuestos se queda con el dinero, el que explota a sus trabajadores obtiene más ganancias, el que roba se queda con el botín, el juez injusto se queda con la coima y el narcotraficante con el dinero que produce la adicción de sus víctimas. Esto es, lamentablemente, verdad.
También es verdad que, en términos humanos, es mucho más difícil prosperar y acumular riquezas actuando con honestidad y justicia. Pero, aunque es mucho más difícil, es mucho más satisfactorio.

Sin embargo...
Las riquezas del injusto, del impío no duran:
"Porque como hierba serán pronto cortados, y como la hierba verde se secarán"
"Porque los malignos serán destruidos, pero los que esperan en Jehová, ellos heredarán la tierra"
Salmos 37:3,9

Pero aquel (o aquella) que permanece fiel, heredará la tierra:
"Pero los que esperan en Jehová, ellos heredarán la tierra." Salmos 37:9b

¿Cómo evitar la tortura?
Cuando estos pensamientos rodean nuestra mente, se convierten en una tortura. Es como un martillo que, persistentemente, golpea el alma. Es como si se escuchara una voz interior que declara lo terriblemente injusta que es la situación, que mejor sería ser uno más de aquellos que viven de espaldas a Dios. Esa voz, de seguro, no proviene de Dios; y esa tortura, definitivamente, no la está ocasionando nuestro Señor.

¿Hacia dónde enfocas tu mirada?
Aquel que se queja de estas injusticias, aquella que mira la prosperidad del mundano o la del hermano "no tan espiritual", es una persona que está haciendo precisamente eso: mirar al hombre y compararse con lo que sus ojos ven. Y reclamar por lo que ante sus ojos es injusto.

La importancia de enfocar correctamente la mirada
Mientras escribía este devocional, recordé un efecto visual que comúnmente se ve en las películas: cuando la cámara se enfoca en un personaje, el resto de imágenes alrededor no se ven tan claras. Algo más o menos parecido ocurre con nuestra mirada. Cuando enfocamos nuestra mirada en algún objeto, lo que está alrededor se va haciendo borroso y si fijamos la mirada y no desviamos nuestra atención, lo demás puede llegar, incluso, a desaparecer.

Cuando enfocamos nuestra mirada en Dios, nada de lo que haga el mundo importa ni cuenta. Cuando estamos enfocados en nuestro Señor, vemos lo que Él puede hacer y va a hacer en nuestras vidas. No hay lugar para la envidia, para el malestar, sino para el compromiso con el Señor, para serle fiel y para humillarnos delante de Él para que su precioso plan se cumpla en nuestra vida.
"Deléitate asimismo en Jehová, y Él te concederá las peticiones de tu corazón. Encomienda a Jehová tu camino y confía en Él; y Él hará" Salmos 37:4-5
Cuando, por el contrario, fijamos nuestra mirada en el hombre, nuestra percepción de Dios se hace borrosa y nuestro entendimiento de sus propósitos se hace prácticamente nulo. Entonces, empezamos a quejarnos y la tortura empieza a atacar nuestra vida.

El ejemplo de nuestro Señor Jesucristo
"Por tanto, nosotros también, teniendo en derredor nuestro tan grande nube de testigos, despojémonos de todo peso y del pecado que nos asedia, y corramos con
paciencia la carrera que tenemos por delante, puestos los ojos en Jesús, el autor y consumador de la fe, el cual por el gozo puesto delante de él sufrió la cruz, menospreciando el oprobio, y se sentó a la diestra del trono de Dios. "
Hebreos 12:1-2

Este es el mejor ejemplo. Nuestro Señor Jesús fue crucificado CON TOTAL INJUSTICIA. El que no cometió pecado estaba sufriendo el castigo dado a los peores criminales. La situación, humanamente hablando era INJUSTA. Pero nuestro Señor Jesús, bendito sea Él, puso el gozo delante de Él. En otras palabras, en ese momento tenía su mirada enfocada, no en las circunstancias sino, en el propósito de Dios. En ese momento, su gozo eras tú y era yo. En ese momento, durísimo y dolorosísimo, tú y yo estábamos en su mente y en su corazón y en su mirada estaba el día en que su sangre preciosa nos habría de limpiar de todos nuestros pecados. Jesús nunca desvió la mirada del Padre. Nunca se apartó de sus propósitos. Como un cordero no abrió su boca, no se quejó.


Dios los bendiga,
Marco

1 comentario:

Anónimo dijo...

Marco: Te felicito. Es un excelente blog. Gracias por lo de felizmente casado, creo que voy a imprimir eso.
De acuerdo con tu reflexión. En todos los lugares donde he trabajado he visto cómo es tan difícil prosperar siendo honesto pero como dice el Señor hay dos caminos: uno ancho y otro angosto. Nosotros decidimos.
Tu esposa que te extraña, Ruby