lunes, 3 de setiembre de 2007

¿Cristianos bajo la ira de Dios?

Romanos 1:18-23

Hola, una vez más mis amados hermanos. Ustedes se preguntarán "¿Qué le pasó al hermano Marco? ¿Desayunó pólvora con pimienta y rocoto? ¿No sería mejor hablar de la gracia de Dios?" Bueno, mis queridos hermanos, les cuento que he desayunado rico y que la reflexión del día de hoy es un mensaje de alerta, una advertencia para que nosotros podamos vivir siempre bajo su gracia.

Como verán, el pasaje de hoy habla de la ira de Dios sobre los hombres que viven apartados de Él, estorbando sus propósitos.

Sin embargo, creo que también nos habla a nosotros, sí a los cristianos, y nos presenta una seria advertencia para guardarnos en santidad delante de él.

Si les preguntara si les gustaría estar bajo la ira de alguna otra persona, estoy seguro que me responderían que no. Nadie, por naturaleza, desea ser visto de esa manera por otro. Por obvias razones: todos queremos ser amados y además porque temeríamos las consecuencias de esa ira. Ahora, si les preguntara si les gustaría estar bajo la ira de Dios, estoy seguro de que la respuesta es un rotundo NO (incluso, un "no" acompañado de temor de Dios). Sin embargo, es posible que el cristiano se ponga voluntariamente en esa condición.

Aquí les comparto lo que el Señor me habló:

"Pues habiendo conocido a Dios, no le glorificaron como a Dios, ni le dieron gracias, sino que se envanecieron en sus razonamientos, y su necio corazón fue entenebrecido. Profesando ser sabios, se hicieron necios, y cambiaron la gloria del Dios incorruptible en semejanza de imagen de hombre corruptible, de aves, de cuadrúpedos y de reptiles." Romanos 1:21-23

"Pues habiendo conocido a Dios"

Los versículos previos hablan de la ira de Dios sobre los hombres injustos, quienes no pueden poner por excusa su ignoracia respecto a Dios ya que nuestro Señor mismo se revela de una y muchas formas a través de la creación. Sin embargo, los cristianos conocemos a Dios no sólo por medio de la creación sino a través de una revelación personal. Creo que con mayor razón y rigurosidad estos versículos se aplican a los crisitianos.

"No le glorificaron como a Dios"

“Dad a Jehová la gloria debida a su nombre; Adorad a Jehová en la hermosura de la santidad.” Salmos 29:2
  • ¿Estamos dando al Señor la gloria debida a su nombre?
  • ¿Nuestra vida da testimonio y sirve para glorificar el nombre de Dios?
  • ¿Qué es dar a Dios la gloria debida a su nombre?

“Ni le dieron gracias”

  • ¿Tenemos un corazón agradecido para Dios?
  • ¿Soy consciente del por qué debo estar agradecido con Dios?
  • ¿Soy agradecido?
  • ¿Le doy las gracias con mi vida y con mis palabras?
  • ¿Soy consciente de que mi vida sólo tiene sentido en Él y de que su sangre preciosa me ha limpiado de todo pecado?

“Se envanecieron en sus razonamientos”

  • ¿Pretendemos torcer la verdad de Dios con nuestros propios razonamientos?
  • ¿Sometemos la palabra de Dios a la relatividad de nuestras subjetividades?

Esto es muy delicado. La Palabra de Dios dice:

“¡Ay de los que a lo malo dicen bueno, y a lo bueno malo; que hacen de la luz tinieblas, y de las tinieblas luz; que ponen lo amargo por dulce, y lo dulce por amargo!” Isaías 5:20


“Profesando ser sabios, se hicieron necios”

“Los sabios heredarán honra, Mas los necios llevarán ignominia.” Proverbios 3:35
“El sabio de corazón recibirá los mandamientos; Mas el necio de labios caerá.” Proverbios 10:8

“y su necio corazón fue entenebrecido”
Una vez que la necedad llega al corazón del hombre, lo entenebrece. Es decir, lo vuelve tinieblas. Aquel corazón que alguna vez albergaba la luz de la salvación en Cristo Jesús, ese corazón que anhelaba la voluntad del Padre y que se humillaba delante de él; se empieza a apagar y a desear andar por caminos distintos a los que Dios tiene planeados para nosotros.

“y cambiaron la gloria del Dios incorruptible en semejanza de imagen de hombre corruptible, de aves, de cuadrúpedos y de reptiles”
No es raro, entonces, que el motivo de la adoración de un corazón entenebrecido, de una mente cegada por la necedad y de un alma envanecida, deje de ser el único Dios verdadero y pase a ser el mismo hombre ya corrompido en su propia vanidad. No es raro que el hombre en tal condición sea presa fácil del pecado y sea sometido a una esclavitud vergonzosa. No es raro que el hombre vuelva sus ojos a la creación y la adore: que adore las riquezas, las posesiones, los animales.

Es necesario, pues, guardarnos

"Así que, el que piensa estar firme, mire que no caiga."
1 Corintios 10:12

"Nunca se aparten de ti la misericordia y la verdad; átalas a cuello, escríbelas en la tabla de tu corazón; y hallarás gracia y buena opinión ante los ojos de Dios y de los hombres. Fíate de Jehová de todo tu corazón, y no te apoyes en tu propia prudencia. Reconócelo en todos tus caminos, y él enderezará tus veredas. " Proverbios 3:3-6

Dios les bendiga,

Marco

domingo, 26 de agosto de 2007

Dios no puede ser burlado

Sofonías 1:1-13

Estos primeros trece versículos del libro del profeta Sofonías me han dejado de una pieza! Todos sabemos que Dios es santo y que sus juicios son justos, pero este pasaje de la escritura nos lleva a una confrontación personal. Este pasaje habla con mucha claridad acerca del día del Juicio del Señor. En aquel día, todo habrá de ser juzgado y nada escapará delante de los ojos de Dios.

Cuando terminé de leer estos versículos, lo que se me vino a la mente, con insistencia, fue:

"No os engañéis; Dios no puede ser burlado: pues todo lo que el hombre sembrare, eso también segará. " Gálatas 6:7

En efecto, Dios no puede ser burlado. En otras palabras, nadie se puede burlar de Dios: ni los que no lo conocen, ni los cristianos. En aquel día, todo recibirá su justa paga.

Destrucción de todas las cosas

"Destruiré por completo todas las cosas de sobre la faz de la tierra, dice Jehová. Destruiré los hombres y las bestias; destruiré las aves del cielo y los peces del mar, y cortaré a los impíos; y raeré a los hombres de sobre la faz de la tierra, dice Jehová. " Sofonías 1:2-3

Esto sí que está fuerte. Quizá por allí alguien pueda pensar que a Dios "se le está pasando la mano", que se "recontra molestó". Pero no es así. Como pongo al principio de este post, sus juicios son siempre justos. Tal vez alguien por allí diga: "¿Qué han hecho las bestias, las aves, los peces y la creación? ¿Qué culpa tienen ellos de las maldades de los hombres?" Bueno, la creación en sí misma no es responsable de los actos del hombre. Sin embargo, la creación entera fue contaminada por el pecado del hombre y está esperando su redención. En un post anterior ("La creación gime") se toca este punto. La creación será destruida, pero Dios hará cielos nuevos y nueva tierra, una nueva creación pura y según su propósito.
Dice el versículo 3 que Dios exterminará a los hombres de sobre la faz de la tierra. Quizá esto también suene muy duro, pero no hay que temer. Todos algún día vamos a morir y siempre podremos decir: "... para mí el vivir es Cristo, y el morir es ganancia. " Filipenses 1:21

Juicio a su pueblo, a su Iglesia (vs. 4-6, 12)

"Extenderé mi mano sobre Judá, y sobre todos los habitantes de Jerusalén..."

Para santificarla

"y exterminaré de este lugar los restos de Baal, y el nombre de los ministros idólatras con sus sacerdotes"

Baal era un dios pagano, quizá uno de los más representativos. El pueblo de Judá se contaminó muchas veces con la adoración a este falso dios. Por eso, el Señor, en su día, destruirá todo rastro de Baal. Es decir, todo rastro de contaminación dentro de la iglesia. Toda idolatría será descubierta y destruida. La idolatría o adoración a todo aquello que pueda apartar de Dios a su iglesia será descubierta y destruida. El amor al dinero, el egoísmo, el abuso, el engaño, la mentira, el amor al poder, el pecado que esclaviza. Todo será destruido y como heno o paja será quemado.

Aquellos que ostentan algún tipo de autoridad dentro de la iglesia, estarán sometidos a este juicio y, en el caso de que su vida sea como la de los sacerdotes y ministros mencionados en el versículo (una doble vida), serán igualmente expuestos y destruidos con su pecado. Yo sé que esto último suena bien fuerte, pero eso es exactamente lo que dice la Palabra de Dios. Si te sientes desanimado con estas palabras y anhelabas en tu corazón servir al Señor en algún cargo dentro de la Iglesia, quiero decirte que no tienes por qué sentirte así. Es un privilegio servir a Dios, pero debemos servirle con temor y amor. Él es santo y no puede ser burlado.

Acabemos con la doble vida

"y a los que sobre los terrados se postran al ejército del cielo, y a los que se postran jurando por Jehová y jurando por Milcom"

Existen cristianos que llevan una doble vida. Cuando están ante la presencia de otros, se muestran espirituales, muchos de ellos parecen ser un ejemplo a seguir. Sin embargo, cuando nadie los ven, hacen lo malo ante los ojos de Dios. Son como aquellos que sobre los terrados se postran a adorar el sol, la luna, las estrellas, el zodiaco. O como aquellos que se postran ante Dios y luego lo hacen ante cualquier pecado, sometiendo su vida a la esclavitud del diablo.
Por eso, lo más importante es vivir santamente delante de Dios. Consagrados para él. Buscándole de todo corazón y apartándonos del mal. Viviendo una vida cristiana auténtica, delante de los ojos de los hombres y delante de los ojos de Dios.

No dejemos de buscar a Dios con todo nuestro corazón

"y a los que se apartan de en pos de Jehová, y a los que no buscaron a Jehová, ni le consultaron. "

El versículo dice que los que se apartan serán destruidos. Que los que no buscan al Señor, también lo serán y aquellos que ni siquiera le consultaron, enfrentan el mismo destino.
Por ello, más que nunca, los animo (y me animo a mí mismo) a buscar a Dios de todo corazón, a no apartarnos de Él, a huir y alejarnos lo más posible del pecado , a no apartarnos sino a tomar la decisión de ir en pos de nuestro Dios cada día, a consultarle nuestras decisiones, a depender de él.

No pensemos que esto son fábulas, que nada va a pasar

"Acontecerá en aquel tiempo que yo escudriñaré a Jerusalén con linterna, y castigaré a los hombres que reposan tranquilos como el vino asentado, los cuales dicen en su corazón: Jehová ni hará bien ni hará mal."

Así como no debemos dudar ni un momento de sus promesas ("todas sus promesas son en Él sí y en Él, amén"), tampoco debemos ignorar sus advertencia. Todo está en nuestras manos y en la decision que tomemos. Si vamos a seguir a Dios, que sea con todo el corazón, si no va a ser así, de nada vale. Ser tibio no ayuda.
Aquellos que viven despreocupados e indiferentes a las advertencias de Dios, tienen ya su destino escrito.

Juicio a los que hacen maldad, a los enemigos de Dios
(vs. 8-11)
El juicio también caerá sobre aquellos que, apartados de Dios, ignorando su gracia, se aprovechan de los débiles, engañan, roban, mienten, hablan mal de otros, destruyen y hacen toda clase de maldades. Como dice la Palabra de Dios, el castigo llegará y será terrible.
Por ello, si nos da pena el destino de estas personas que ignoran a Dios, en lugar de tratar de medir la justicia de Dios, en lugar de pensar si esto es justo o no (que sí lo es), nuestra única muestra de amor genuino y auténtico hacia ellos es: anunciarles el evangelio. Sólo si le entregan su vida a Cristo, sólo si nacen de nuevo, podrán seguir al Señor con fidelidad. Es la única manera.

Esto no es un juego
No nos podemos burlar de Dios. Esto no es un juego. No podemos jugar a ser cristianos.
  • Tener una Biblia en la mano no basta.
  • Servir en la Iglesia (no importa en qué posición) no es suficiente.
  • Predicar el evangelio no basta.
  • Ser el "buen hermano" que se preocupa por lo demás no alcanza.
  • Ser el más esforzado en el servicio a Dios tampoco cubre la medida.
  • Participar de todas las reuniones de la Iglesia, no salva

Dios demanda CONSAGRACION, SANTIDAD. En esto consiste el verdadero amor por Él. De aquí se derivan la obediencia, el servicio, el evangelismo, el congregarse, el entregarse por amor a los demás. Sin el genuino amor por Dios, todo lo demás es insuficiente.

Algunas veces he escuchado a algunos hermanos decir que ellos son cristianos, pero que no son "fanáticos". De esa manera, pretenden conducir su vida buscando "un equilibrio" entre sus motivaciones personales y lo que Dios pretende para sus vidas. ESO NO ESTÁ BIEN. No hay equilibrio que valga aquí. No hay sentido común ni razonamiento humano que tengan algún tipo de valor. No necesitamos sentido común, necesitamos sentido divino. Es decir, necesitamos que Dios le dé sentido a nuestras vidas, que las conduzca.

Los dejo con el versículo que inicié esta reflexión (añadiendo el vs. 8)

"No os engañéis; Dios no puede ser burlado: pues todo lo que el hombre sembrare, eso también segará. Porque el que siembra para su carne, de la carne segará corrupción; mas el que siembra para el Espíritu, del Espíritu segará vida eterna."
Gálatas 6:7-8


Dios les bendiga,
Marco

Nota:
Sobre el conducirnos bajo nuestro propio criterio, pueden ver el post "¿Hasta cuándo pondré consejos en mi alma?"

miércoles, 22 de agosto de 2007

La bendición de ayudar

Salmos 41:1-13

Hola una vez más, amados hermanos.
Luego del drama del terremoto, quiero compartir con ustedes lo que el Señor me ha hablado el día de hoy. Esta reflexión tiene que ver con lo que está a nuestro alcance hacer y lo que Dios quiere hacer por nosotros. Una vez más se cumple la ley de la siembra y la cosecha ("todo lo que el hombre sembrare, eso también segará" Gálatas 6:7b).
Estamos viviendo tiempos difíciles en nuestra nación, tiempos que retan nuestra generosidad, nuestra solidaridad.

"Bienaventurado el que piensa en el pobre; en el día malo lo librará Jehová. Jehová lo guardará, y le dará vida; será bienaventurado en la tierra, y no lo entregarás a la voluntad de sus enemigos. Jehová lo sustentará sobre el lecho del dolor; mullirás toda su cama en su enfermedad" Salmos 41:1-3
Comparto con ustedes en qué consiste la bendición de ayudar.

Condición de la bendición
"Bienaventurado el que piensa en el pobre".
Estos primeros 3 versículos empiezan con esta frase. Resulta claro que esta frase no se refiere a un ejercicio mental. Más bien, se refiere a que somos bienaventurados cuando pensamos (en el sentido de considerar, de comprender, de entender y de ponernos en su lugar) en el pobre con empatía. Este tipo de pensamiento, inevitablemente, nos conduce a la acción: la generosidad, la solidaridad.

Bendición: Protección
"en el día malo lo librará Jehová"

Bendición: Seguridad
"Jehová lo guardará"

Bendición: Vida
"le dará vida"

Bendición: Prosperidad
"será bienaventurado en la tierra"

Bendición: Propósito Divino
"no lo entregarás a la voluntad de sus enemigos"

Bendición: Fortaleza
"Jehová lo sustentará sobre el lecho del dolor"

Bendición: Consuelo en la dificultad
"mullirás toda su cama en su enfermedad"

Bienaventurado el que piensa en el pobre
En esta última semana, muchos de nosotros hemos colaborado con los damnificados de Ica, Pisco y Chincha a través de nuestra red y esos donativos se hicieron llegar a la iglesia y ya deben haber sido de bendición para aquellos que han sufrido en mayor magnitud las consecuencias de este desastre.
Sin embargo, las necesidades de estas personas exceden largamente todo tipo de ayuda recibida hasta hoy. Por ello, me animo a motivarlos a que, como dice el pasaje de hoy, "piensen en el pobre" y sigan haciendo llegar, a través de alguno de los varios medios disponibles, su ayuda a estas personas. Dios nos ha bendecido para que podamos bendecir.

"Porque tuve hambre, y me disteis de comer; tuve sed, y me disteis de beber; fui forastero, y me recogisteis; estuve desnudo, y me cubristeis; enfermo, y me visitasteis; en la cárcel, y vinisteis a mí. Entonces los justos le responderán diciendo: Señor, ¿cuándo te vimos hambriento, y te sustentamos, o sediento, y te dimos de beber? " Mateo 25:35-37
"Y respondiendo el Rey, les dirá: De cierto os digo que en cuanto lo hicisteis a uno de estos mis hermanos más pequeños, a mí lo hicisteis. " Mateo 25:40
Dios les bendiga,
Marco

jueves, 16 de agosto de 2007

La creación gime

En esta oportunidad, no voy a compartir mi devocional del TcD.
Cuando llegué hoy a la oficina, aquí en Sudán, me enteré por unos compañeros de la triste noticia del terremoto que ha golpeado a nuestra nación, especialmente a Ica, Pisco, Chincha y otros pueblos más al sur de Lima. Lo primero que hice fue llamar a casa y buscar la tranquilidad de saber que todos están bien. Gracias a Dios, ha sido así.

Sin embargo, me he sentido muy triste y conforme avanzaba el día me sentía peor al ver cómo las cifras de personas fallecidas crecía de manera abrumadora.

¿Por qué?
Supongo que, sobretodo entre las personas que no conocen a Dios surge esta pregunta. Habrán algunos que se preguntarán: "¿Dónde está Dios que permite que todo esto ocurra?¿Por qué tenemos que sufrir?
La única respuesta que se me puede venir a la mente ante tales preguntas es la siguiente:

“porque también la creación misma será libertada de la esclavitud de corrupción, a la libertad gloriosa de los hijos de Dios. Porque sabemos que toda la creación gime a una, y a una está con dolores de parto hasta ahora; y no sólo ella, sino que también nosotros mismos, que tenemos las primicias del Espíritu, nosotros también gemimos dentro de nosotros mismos, esperando la adopción, la redención de nuestro cuerpo”. Romanos 8:21-23

Antes no fue así
El propósito, la voluntad de Dios, nunca fue que el hombre esté expuesto a esta clase de sufrimientos. Dios nunca quiso que que la creación se vuelva contra el hombre y lo destruyera. Recordemos:

"Y vio Dios todo lo que había hecho, y he aquí que era bueno en gran manera. Y fue la tarde y la mañana el día sexto. " Génesis 1:31

Lo que creó Dios fue bueno, y lo fue en gran manera. Y en medio de esta creación perfecta, puso al hombre:

"Entonces Jehová Dios formó al hombre del polvo de la tierra, y sopló en su nariz aliento de vida, y fue el hombre un ser viviente. 2:8 Y Jehová Dios plantó un huerto en Edén, al oriente; y puso allí al hombre que había formado. 2:9 Y Jehová Dios hizo nacer de la tierra todo árbol delicioso a la vista, y bueno para comer; también el árbol de vida en medio del huerto, y el árbol de la ciencia del bien y del mal." Génesis 2:7-9

El plan original de Dios era que el hombre viviera en un lugar hermoso, con abundancia de provisión y con una naturaleza sometida no sólo a Dios, sino también al hombre:

"Y los bendijo Dios, y les dijo: Fructificad y multiplicaos; llenad la tierra, y sojuzgadla, y señoread en los peces del mar, en las aves de los cielos, y en todas las bestias que se mueven sobre la tierra. " Génesis 1:28

El hombre echó a perder el plan de Dios
Dios puso, pues, al hombre y a la mujer en medio de un huerto precioso, perfecto, con toda clase de bendiciones y alimentos de la mejora calidad. Además, el hombre tenía autoridad sobre el resto de la creación. Pero, por encima de todo, el hombre y la mujer tenían comunión directa con Dios. Sus cuerpos no estaban contaminados por el pecado.
Adán y Eva tenían todo ese paraíso a su disposición. Sólo necesitaban ser obedientes a Dios y no comer del árbol de la ciencia del bien y del mal.
Sin embargo, obedecieron al consejo de la serpiente (se pusieron voluntariamente bajo la autoridad del diablo) y desobedecieron a Dios (se apartaron de la cobertura de nuestro Señor).

"Y al hombre dijo: Por cuanto obedeciste a la voz de tu mujer, y comiste del árbol de que te mandé diciendo: No comerás de él; maldita será la tierra por tu causa; con dolor comerás de ella todos los días de tu vida. " Génesis 3:17

Desde que el hombre pecó, perdió la autoridad que Dios le había dado sobre la naturaleza y ella misma fue contaminada a causa del pecado. Desde entonces, el hombre no sólo obtiene el fruto de la tierra con dolor, sino que vive en la tierra con dolor, muchas veces siendo víctima de la misma creación.

Pero no todo está perdido
El propósito de Dios cuando creó al hombre sigue estando en su corazón y quiere que tengamos acceso al paraíso, a su presencia y a una creación gloriosa.

Nuevos hombres y mujeres para Dios
Nuestro Señor desea restaurar tanto al hombre como a su creación. Pero es necesario empezar de nuevo.

"Respondió Jesús y le dijo: De cierto, de cierto te digo, que el que no naciere de nuevo, no puede ver el reino de Dios. " Juan 3:3
"De modo que si alguno está en Cristo, nueva criatura es; las cosas viejas pasaron; he aquí todas son hechas nuevas. " 2 Corintios 5:17


Tenemos que nacer de nuevo. Morir a nuestra vieja naturaleza y entender que el Señor Jesús entregó su vida para pagar por nuestro pecado, para limpiarnos de toda carga de culpa y para adoptarnos por hijos suyos. Tenemos que estar en Cristo (esto debe ser una práctica constante)para ser nuevas criaturas y dejar todo lo demás atrás.

Nueva creación: nuevos cielos y nueva tierra.
En realidad, la tierra sigue esperando su redención. La creación entera fue contaminada por nuestro pecado.

"Porque he aquí que yo crearé nuevos cielos y nueva tierra; y de lo primero no habrá memoria, ni más vendrá al pensamiento. Mas os gozaréis y os alegraréis para siempre en las cosas que yo he creado; porque he aquí que yo traigo a Jerusalén alegría, y a su pueblo gozo. " Isaías 65:17-18

"Vi un cielo nuevo y una tierra nueva; porque el primer cielo y la primera tierra pasaron, y el mar ya no existía más. Y yo Juan vi la santa ciudad, la nueva Jerusalén, descender del cielo, de Dios, dispuesta como una esposa ataviada para su marido. Y oí una gran voz del cielo que decía: He aquí el tabernáculo de Dios con los hombres, y él morará con ellos; y ellos serán su pueblo, y Dios mismo estará con ellos como su Dios. " Apocalipsis 21:1-3


Gracias a Dios que ese día llegará y nuestros cuerpos serán incorruptibles y llegaremos a ver una nueva creación y estaremos ante la misma presencia de Dios.

Dios les bendiga,
Marco

lunes, 13 de agosto de 2007

El malo prospera... ¿y qué?

Salmo 37:1-11

"No te impacientes a causa de los malignos, ni tengas envidia de los que hacen iniquidad."
"No te alteres con motivo del que prospera en su camino, por el hombre que hace maldades"
Salmos 37:1a,7b


¿Por qué ellos sí y yo no?
¿Cuántas veces nos hemos preguntado: por qué prospera el malo? ¿Cuántas veces hemos sentido que ésa es una situación totalmente injusta? ¿Cuántas veces hemos escuchado a algún hermano o hermana decir: "¿por qué no puedo prosperar? ¿cómo es posible que los mundanos que hacen maldades tengan riquezas?". Algunas veces he llegado a oír decir algo como: "mejor me vuelvo al mundo, dejo de pagar impuestos y no diezmo y pienso en mí y me va a ir mejor".

Esto es lo que el Señor, con amor, les dice a aquellos que han llegado a pensar de esa manera:
"Deja la ira, y desecha el enojo; No te excites en manera alguna a hacer lo malo" Salmos 37:8

¿Una explicación a esto?
Quizá tratar de ensayar una explicación sea muy complicado. El hombre natural, aquel que no le ha entregado su vida a Cristo, vive haciendo uso de sus capacidades y, en muchos casos, de sus deshonestidades, para juntar dinero. ¿Lo consigue? Pues, sí. La verdad es que el que no paga impuestos se queda con el dinero, el que explota a sus trabajadores obtiene más ganancias, el que roba se queda con el botín, el juez injusto se queda con la coima y el narcotraficante con el dinero que produce la adicción de sus víctimas. Esto es, lamentablemente, verdad.
También es verdad que, en términos humanos, es mucho más difícil prosperar y acumular riquezas actuando con honestidad y justicia. Pero, aunque es mucho más difícil, es mucho más satisfactorio.

Sin embargo...
Las riquezas del injusto, del impío no duran:
"Porque como hierba serán pronto cortados, y como la hierba verde se secarán"
"Porque los malignos serán destruidos, pero los que esperan en Jehová, ellos heredarán la tierra"
Salmos 37:3,9

Pero aquel (o aquella) que permanece fiel, heredará la tierra:
"Pero los que esperan en Jehová, ellos heredarán la tierra." Salmos 37:9b

¿Cómo evitar la tortura?
Cuando estos pensamientos rodean nuestra mente, se convierten en una tortura. Es como un martillo que, persistentemente, golpea el alma. Es como si se escuchara una voz interior que declara lo terriblemente injusta que es la situación, que mejor sería ser uno más de aquellos que viven de espaldas a Dios. Esa voz, de seguro, no proviene de Dios; y esa tortura, definitivamente, no la está ocasionando nuestro Señor.

¿Hacia dónde enfocas tu mirada?
Aquel que se queja de estas injusticias, aquella que mira la prosperidad del mundano o la del hermano "no tan espiritual", es una persona que está haciendo precisamente eso: mirar al hombre y compararse con lo que sus ojos ven. Y reclamar por lo que ante sus ojos es injusto.

La importancia de enfocar correctamente la mirada
Mientras escribía este devocional, recordé un efecto visual que comúnmente se ve en las películas: cuando la cámara se enfoca en un personaje, el resto de imágenes alrededor no se ven tan claras. Algo más o menos parecido ocurre con nuestra mirada. Cuando enfocamos nuestra mirada en algún objeto, lo que está alrededor se va haciendo borroso y si fijamos la mirada y no desviamos nuestra atención, lo demás puede llegar, incluso, a desaparecer.

Cuando enfocamos nuestra mirada en Dios, nada de lo que haga el mundo importa ni cuenta. Cuando estamos enfocados en nuestro Señor, vemos lo que Él puede hacer y va a hacer en nuestras vidas. No hay lugar para la envidia, para el malestar, sino para el compromiso con el Señor, para serle fiel y para humillarnos delante de Él para que su precioso plan se cumpla en nuestra vida.
"Deléitate asimismo en Jehová, y Él te concederá las peticiones de tu corazón. Encomienda a Jehová tu camino y confía en Él; y Él hará" Salmos 37:4-5
Cuando, por el contrario, fijamos nuestra mirada en el hombre, nuestra percepción de Dios se hace borrosa y nuestro entendimiento de sus propósitos se hace prácticamente nulo. Entonces, empezamos a quejarnos y la tortura empieza a atacar nuestra vida.

El ejemplo de nuestro Señor Jesucristo
"Por tanto, nosotros también, teniendo en derredor nuestro tan grande nube de testigos, despojémonos de todo peso y del pecado que nos asedia, y corramos con
paciencia la carrera que tenemos por delante, puestos los ojos en Jesús, el autor y consumador de la fe, el cual por el gozo puesto delante de él sufrió la cruz, menospreciando el oprobio, y se sentó a la diestra del trono de Dios. "
Hebreos 12:1-2

Este es el mejor ejemplo. Nuestro Señor Jesús fue crucificado CON TOTAL INJUSTICIA. El que no cometió pecado estaba sufriendo el castigo dado a los peores criminales. La situación, humanamente hablando era INJUSTA. Pero nuestro Señor Jesús, bendito sea Él, puso el gozo delante de Él. En otras palabras, en ese momento tenía su mirada enfocada, no en las circunstancias sino, en el propósito de Dios. En ese momento, su gozo eras tú y era yo. En ese momento, durísimo y dolorosísimo, tú y yo estábamos en su mente y en su corazón y en su mirada estaba el día en que su sangre preciosa nos habría de limpiar de todos nuestros pecados. Jesús nunca desvió la mirada del Padre. Nunca se apartó de sus propósitos. Como un cordero no abrió su boca, no se quejó.


Dios los bendiga,
Marco

domingo, 12 de agosto de 2007

¡Cuidado con la soberbia!

Salmos 36:1-12

¿Cuál es el origen de la soberbia?
La ausencia del temor de Dios (un respeto reverente, amoroso a nuestro Señor, un deseo de no pecar para no ofenderlo o entristecerlo; y si se pecó, un deseo inmediato de estar a cuentas con Dios y de no volver a cometer el pecado).

"No hay temor de Dios delante de sus ojos. Se lisonjea, por tanto, en sus propios ojos" Salmo 36:1b-2a

Es decir, como no hay temor de Dios en la vida del impío, se lisonjea. Aquel que se lisonjea (alaba) ante sus propios ojos no es otra cosa sino un soberbio.

¿Qué pasa con el soberbio? (vs. 2-4)
Cree que nadie notará sus maldades
El soberbio pretende engañarse a sí mismo diciéndose que las cosas que hace no están mal y, en todo caso, nadie las notará. Pero Dios conoce el corazón del hombre y nada escapa delante de sus ojos.

"No os engañéis; Dios no puede ser burlado: pues todo lo que el hombre sembrare, eso también segará" Gálatas 6:7

Habla maldad y engaño

Aunque no lo note, su boca se llena de iniquidad y fraude (mentira, engaño)
"El temor de Jehová es aborrecer el mal; La soberbia y la arrogancia, el mal camino, Y la boca perversa, aborrezco." Proverbios 8:13

Pierde la razón
Hace a un lado la cordura y actúa con imprudencia, orgullo y hasta torpeza. Todo esto porque la soberbia lo domina y ha tomado control de su vida y de sus actos.
"La soberbia de tu corazón te ha engañado, tú que moras en las hendiduras de las peñas, en tu altísima morada; que dices en tu corazón: ¿Quién me derribará a tierra?" Abdías 1:3


Camina por malos caminos
No es raro que aquel que habla maldad termine haciéndola. Por maldad me refiero, no sólo a tratar de destruir a alguien, sino a cualquier camino malo que, finalmente, terminará por destruir al soberbio.

No ABORRECE el mal
El soberbio se vuelve tolerante con el pecado y la maldad. Podría decir de sí mismo que tiene una "mente abierta". En efecto es así: su mente está abierta a la corriente de este mundo, al pecado, a las malas obras.
El verdadero cristiano, no sólo no debe tolerar el pecado y la maldad en su vida, debe aborrecerlos.
"Los que amáis a Jehová, aborreced el mal; El guarda las almas de sus santos; De mano de los impíos los libra." Salmos 97:10


¿Soberbio yo? ... Nada que ver ... yo soy cristiano.


¡CUIDADO!
Creo que David fue una persona con un testimonio muy grande de humildad delante de Dios. Sin embargo, él mismo pide al Señor que lo guarde de la soberbia y que no se comporte como un impío más. Pues la soberbia trae derrota, fracaso y vergüenza.


"He aquí yo estoy contra ti, oh soberbio, dice el Señor,
Jehová de los ejércitos; porque tu día ha venido, el tiempo en que te castigaré.
Y el soberbio tropezará y caerá, y no tendrá quien lo levante; y encenderé fuego en sus ciudades, y quemaré todos sus alrededores. " Jeremías 50:31-32

"Antes del quebrantamiento es la soberbia, Y antes de la
caída la altivez de espíritu." Proverbios 16:18


Dios les bendiga,
Marco

sábado, 11 de agosto de 2007

Perseguido, pero no desamparado


Salmos 35:17-28

Como en los versículos anteriores, este salmo muestra el clamor del rey David por ser librado de sus enemigos que con suma crueldad lo perseguían sin darle ninguna tregua.

Sin embargo, en medio de todo ese clamor, de esa angustia, hasta desesperación ("Muévete y despierta para hacerme justicia, Dios mío y Señor mío, para defender mi causa" v.23), encontramos el versículo 18, que parece salirse completamente del contexto de su clamor:

"Te confesaré en grande congregación; te alabaré en medio de numeroso pueblo" Salmo 35:18
Y luego, continúa con su clamor pidiéndole al Señor que lo defienda y que impida que sus enemigos se burlen de él, que sean avergonzados y que sus caminos sean confundidos.

Este versículo 18, es más una declaración de alabanza, una confesión de fe, que bien podría estar en cualquiera de los otros muchos salmos de exaltación y alabanza a nuestro Dios. ¿Cómo es que encaja aquí?

¿Qué había en el corazón de David?
Creo que lo que había era angustia, desesperación y el deseo que, de una vez por todas, Dios haga justicia, destruya el camino de sus enemigos y pague con justicia la fidelidad de su siervo.

Pero había algo más en su corazón: Por un momento, en medio del sufrimiento, David recordó su llamado, el propósito de Dios para su vida. David estaba llamado a ser rey sobre Israel, estaba llamado a sentarse en el trono de Israel. Sin embargo, su corazón no vio la honra que le habría de ser tributada, no vió las comodidades del palacio ni lo sabroso de las comidas. David no vio el poder ni las conquistas. Lo que estaba en el corazón de David era el gozo de ver que todo el pueblo habría de confesar el nombre del Señor y de alabarle con todo su corazón, y él (David) estaría en medio de ellos. Su anhelo no era estar a la cabeza o en una posición de honra, su deseo era estar en medio de una grande congregación alabando a nuestro buen Dios.

No estamos solos
Aunque sintamos que estamos en la noche más oscura, aunque parezca que somos injustamente perseguidos o que todo se vuelve en nuestra contra, debemos recordar que Dios tiene un propósito para nuestras vidas, un plan y que Él nunca nos desamparará ni nos dejará. Ninguna cosa creada nos puede apartar de su amor. Los dejo con un versículo que nos anima a que en medio de la prueba procuremos que la vida de Jesús se manifieste en nosotros.

"Pero tenemos este tesoro en vasos de barro, para que la excelencia del poder sea de Dios, y no de nosotros, que estamos atribulados en todo, mas no angustiados; en apuros, mas no desesperados; perseguidos, mas no desamparados; derribados, pero no destruidos; llevando en el cuerpo siempre por todas partes la muerte de Jesús, para que también la vida de Jesús se manifieste en nuestros cuerpos. " 2 Corintios 4:7-10

Dios les bendiga,

Marco

jueves, 9 de agosto de 2007

¡Que no quede ni uno solo!

El día de hoy he estado leyendo, en mi TcD, el Samo 35:1-10. La verdad es que cuando le di la primera leída no sabía muy bien que me quería decir el Señor. En casi todos estos versículos se puede encontrar un clamor de David para que el Señor destruyera a sus enemigos:

"Sean avergonzados y confundidos los que buscan mi vida; sean vueltos atrás y avergonzados los que mi mal intentan. Sean como el tamo delante del viento, y el ángel de Jehová los acose. Sea su camino tenebroso y resbaladizo y el ángel de Jehová los persiga. Véngale el quebrantamiento sin que lo sepa, y la red que él escondió lo prenda; con quebrantamiento caiga en ella" Salmos 35:4-6,8

Todos, en algún momento de nuestras vidas, tenemos que enfrentar a ciertas personas que nos oponen resistencia, que nos fastidian, que hablan mal de nosotros, o que nos hacen la vida a "cuadritos". Quizá en algún momento hayamos orado al Señor pidiendo justicia; tal vez, pidiendo que aparte a esas personas de nuestra vida. Dudo mucho que alguno de nosotros haya orado al Señor pidiendo algo malo para ellas.

Sin embargo, es curioso que David ore pidiendo a Dios, no tan solo que aparte a sus enemigos sino que sean avergonzados, confundidos, que sean como hojarasca llevada por el viento, que Dios mismo los persiga, que su camino sea horrible, resbaladizo, que les venga el quebrantamiento (sufrimiento) antes de que se den cuenta, que caigan en sus propias trampas. Es decir, parece que David se puso realmente bravo. No sólo quería ser librado de sus enemigos, sino quería su perdición total.

Por eso, me sentí tentado a enfocarme en meditar únicamente en los últimos dos versículos de la meditación de hoy que hablan de la salvación que viene del Señor. Pero, como no me sentí cómodo con esta actitud, decidí meditar más en los otros 8 versículos y tratar de entender qué es lo que el Señor me quería decir ("toda la palabra es inspirada por Dios").

¿Por qué era perseguido el rey David?
Una de las primeras cosas que recordé es que David había sido ungido rey por el profeta Samuel (instruido por Dios). Sin embargo, David fue perseguido no por sus crímenes, no por sus injusticias, robos o engaños. David fue perseguido a causa de su llamado. Sus enemigos buscaban acabar con su vida para evitar que él asuma el cargo para el cual fue ungido. David fue perseguido de manera tan cruel por quienes se oponían al propósito de Dios para su vida.
Como sabemos, Dios dice de David que tenía "un corazón conforme al suyo". David andaba en integridad y con fidelidad a los planes de Dios.

El clamor
Por un momento trato de ponerme en el lugar del rey David. Fue perseguido con suma crueldad y persistencia. David era el legítimo rey por voluntad divina, pero un hombre no quería dejar el trono y buscó de muchas maneras acabar con su vida. Imagino que tendría una sensación de injusticia monstruosa, de aflicción y de sufrimiento. Pero más allá de ello, David entendía que éstos, más que sus enemigos, eran enemigos de Dios. Es en ese contexto, y con esa visión, que clama por la destrucción de sus enemigos.

Nuestros enemigos

"Porque no tenemos lucha contra sangre y carne, sino contra principados, contra potestades, contra los gobernadores de las tinieblas de este siglo, contra huestes espirituales de maldad en las regiones celestes". Efesios 6:12

Aunque no lo parezca, nuestros enemigos no son personas de carne y hueso. Son seres espirituales de maldad, en otras palabras: el diablo y sus secuaces los demonios.

Dios tiene un plan para nuestra vida
Ya sabemos que la voluntad de Dios para nosotros es buena, agradable y perfecta. El día que decidimos voluntariamente abrirle las puertas de nuestro corazón para recibirlo como Señor y Salvador de nuestras vidas fuimos perdonados y liberados de todas nuestras culpas. Nuestro destino cambió y nuestro entendimiento se abrió. Desde entonces, hemos comprendido que nuestra vida le pertenece por completo a aquel que se entregó por nosotros. Nuestras metas, nuestros sueños, nuestros anhelos, nuestro futuro: todo le pertenece a nuestro Dios.

¿Qué buscan nuestros enemigos?
Al igual que con el rey David, nuestros enemigos buscan apartarnos (de todas las formas posibles) del plan de Dios para nuestras vidas. Ellos buscan evitar que llevemos a cabo aquello para lo cual hemos sido llamados por Dios. Son nuestros enemigos, pero fundamentalmente son enemigos de Dios.


Nuestro clamor

Por eso, al igual que el rey David, nuestro clamor ante Dios debe estar orientado a ser librado de nuestros enemigos. No sólo debemos pedirle que aparte de nosotros la tentación, que nos ayude a no apartarnos de los planes que nuestro Señor tiene para nosotros. Debemos desarrollar la misma actitud de David: debemos aprender a detestar a estos enemigos, a no tener misericordia ni compasión de ellos. Diría, debemos odiarlos. El pecado, la tentación, nos deben resultar repulsivos y debemos desear que para nosotros estén fulmidados, destruidos, acabados, aplastados, derribados.

Dios les bendiga,
Marco

sábado, 21 de julio de 2007

Fiestas Patrias

Introducción

La próxima semana estaremos celebrando fiestas patrias.
Todo el país lo celebrará de una o de otra manera. Algunos mirarán la parada militar y escucharán el mensaje del Presidente de la República, otros aprovecharán para tomar unas vacaciones, algunos irán a fiestas o a celebraciones regionales en clubes departamentales. Es un tiempo de celebración. ¿Pero qué se celebra? Bueno, la respuesta inmediata es que celebramos el día de nuestra independencia de España proclamada por el libertador José de San Martín un 28 de Julio de 1821. Pero si meditamos un poco más, la mayoría de los peruanos no celebramos la independencia; en realidad, celebramos el feriado, la posibilidad de descansar o de hacer algo especial.
¿Qué pasó? ¿Nos hemos olvidado de lo importante que es ser libres de la opresión de un país ajeno? ¿Será que no somos conscientes de esa libertad? O peor aún, nos sabemos libres e independientes, pero esa libertad es sólo de carácter político. Seguimos siendo dependientes de países ajenos al nuestro, de la denominada inversión extranjera y/o de algunos monopolios.
¿Realmente somos libres? ¿Tiene sentido celebrar en estas fiestas patrias?

La libertad
Nuestro país, más allá del área que encierran sus fronteras, es un conjunto de personas cuyos sueños, sentimientos, aspiraciones, trabajo y voluntad; representan la esencia de nuestra nación.
La historia dice que el libertador José de San Martín encabezó una campaña militar que nos condujo a la independencia de España. Sin embargo, aún hoy en día, en muchos lugares de nuestra nación podemos encontrar personas cuyas actitudes son de sumisión, de aflicción y de dolor.
José de San Martín nos libertó de España, pero no nos libertó de nuestros temores, de nuestras dudas, no pudo cambiar lo que estaba en nuestras mentes. No nos considerábamos, y aún no lo hacemos, una nación que puede enfrentar con éxito su destino.

La libertad ofrecida por Dios
Aprovechemos que estamos leyendo los salmos en nuestro TcD para que, a la luz de la Palabra de Dios, le demos una nueva mirada a esta celebración.
Nuestra nación necesita una liberación integral, necesita de un libertador que vaya mucho más allá de lo que pudo hacer José de San Martín.

“Te amo, oh Jehová, fortaleza mía. Jehová, roca mía y castillo mío, y mi
libertador; Dios mío, fortaleza mía, en él confiaré; Mi escudo, y la fuerza de
mi salvación, mi alto refugio”. Salmo 18:1-2

Nuestro Señor Jesucristo vino para darnos la verdadera libertad, para ofrecernos una libertad transformadora, una libertad de prosperidad, de victoria:

“El Espíritu del Señor está sobre mí, por cuanto me ha ungido para dar buenas nuevas a los pobres; me ha enviado a sanar a los quebrantados de corazón; a pregonar libertad a los cautivos, y vista a los ciegos; a poner en libertad a los oprimidos; a predicar el año agradable del Señor” Lucas 4:18-19

¿Cómo es esta libertad ofrecida por Dios?

“Porque también la creación misma será libertada de la esclavitud de corrupción, a la libertad gloriosa de los hijos de Dios” Romanos 8:21

Una liberación transformadora

La liberación que ofrece Dios para cada uno de nosotros es una liberación transformadora, muchísimo más profunda: una que toca las fibras del alma humana, una que transforma nuestros sentimientos y emociones, una liberación que transforme nuestro destino por toda la eternidad.

a. Transformación de nuestro pensamiento

“No os conforméis a este siglo, sino transformaos por medio de la renovación de vuestro entendimiento, para que comprobéis cuál sea la buena voluntad de Dios, agradable y perfecta” Romanos 12:2
Este versículo nos habla de una renovación, de una transformación de nuestro entendimiento, consistente en que podamos descubrir la buena voluntad de Dios. Una transformación de nuestro entendimiento que implica renunciar a nuestro propio criterio y voluntad para aceptar la voluntad de Dios y poder comprobar lo buena, agradable y perfecta que es.

b. Transformación de nuestra percepción de la realidad

“Pero cuando se conviertan al Señor, el velo se quitará. Porque el Señor es el Espíritu; y donde está el Espíritu del Señor, allí hay libertad” 2 Corintios 3:16-17

La liberación que ofrece nuestro Señor Jesucristo nos permite tener la visión correcta de nuestra realidad. El velo ha sido quitado y podemos experimentar por medio de la presencia de su Santo Espíritu esa libertad que Dios tiene para nosotros.

c. Transformación de nuestras emociones


“En aquel tiempo, dice Jehová, yo seré por Dios a todas las familias de Israel, y ellas me serán a mí por pueblo”
“Entonces la virgen se alegrará en danza, los jóvenes y los viejos juntamente; y cambiaré su lloro en gozo, y los consolaré, y los alegraré de su dolor”

Jeremías 31:1, 13


“Porque el reino de Dios no es comida ni bebida, sino justicia, paz, y gozo en
el Espíritu Santo” Romanos 14:17

d. Transformación de nuestro destino

“Porque la paga del pecado es muerte, mas la dádiva de Dios es vida eterna en
Cristo Jesús Señor nuestro” Romanos 6:23

La libertad se obtiene luego de una batalla
a. Condición actual
La condición actual de la persona que no ha experimentado la libertad de Dios es de esclavitud, de muerte, de agonía.
Es necesaria la conversión, es necesario que el hombre vuelva su rostro a Dios y de todo corazón clame por su salvación. Es necesario que el hombre tome conciencia de su necesidad de Dios, de su estado actual y de lo que Dios puede hacer por él.


“Me rodearon ligaduras de muerte, y torrentes de perversidad me atemorizaron, Ligaduras del Seol me rodearon, me tendieron lazos de muerte. En mi angustia invoqué a Jehová, y clamé a mi Dios. Él oyó mi voz desde su templo, y mi clamor llegó delante de él, a sus oídos” Salmo 18:4-6
b. La batalla


“La tierra fue conmovida y tembló; se conmovieron los cimientos de los montes, y
se estremecieron porque se indignó él”
“Envió desde lo alto; me tomó, me sacó de las muchas aguas. Me libró de mi poderoso enemigo, y de los que me aborrecían; pues eran más fuertes que yo.” Salmo 18:7,16-17
c. La victoria

“Me asaltaron en el día de mi quebranto, mas Jehová fue mi apoyo. Me sacó a lugar espacioso; me libró, porque se agradó de mí” Salmo 18:7,18-19

Pero se vive en libertad cada día

“Guardaré tu ley siempre, para siempre y eternamente. Y andaré en libertad,
porque busqué tus mandamientos” Salmo 119:44-45


Dios les bendiga,
Marco

lunes, 16 de julio de 2007

La otra cara de la moneda


Esta vez les escribo porque estuve leyendo el Salmo 16 y me encontré con “la otra cara de la moneda” de lo que leí en el Salmo 13 y compartí con ustedes en mi anterior "post".


“Bendeciré a Jehová que me aconseja; aún en las noches me enseña mi conciencia. A Jehová he puesto siempre delante de mí; Porque está a mi diestra, no seré conmovido. Se alegró por tanto mi corazón y se gozó mi alma; mi carne también reposará confiadamente” Salmo 16:7-9

A diferencia de lo que podemos encontrar en el Salmo 13, en estos versículos se puede apreciar a un David triunfante, lleno de seguridad y de fortaleza espiritual. Aún era perseguido, aún pasaba aflicciones y su propia vida estaba en constante peligro. Sin embargo, la actitud de David es, esta vez, completamente diferente. Es tal su gozo en el Señor, que sólo un versículo antes dice: “Jehová es la porción de mi herencia y de mi copa; tú sustentas mi suerte” Luego dice: “es hermosa la heredad que me ha tocado”

El consejo que viene de Dios
El versículo 7 empieza diciendo: “Bendeciré a Jehová que me aconseja” Esta vez, en el corazón de David hay alabanza y gozo por saber que es Dios quien le da el consejo y que este consejo queda grabado en su corazón y pasa a establecerse en su conciencia. Por ello dice: “aún en las noches me enseña mi conciencia” Es decir, como consecuencia de esto, cada vez que David meditaba, cada vez que reflexionaba sobre sus actos o sobre sus decisiones, su conciencia (impregnada del conocimiento del consejo de Dios) le enseñaba.
Ahora, la pregunta: ¿Cómo hago para poder conocer el consejo de Dios y seguirlo? ¿De qué manera el consejo de Dios se puede establecer, aún, en mi conciencia? La respuesta está en el versículo 8: “A Jehová he puesto siempre delante de mí”. En otras palabras: Lo primero en mi vida debe ser Dios. Como dice el versículo 2 de este mismo salmo: “No hay para mí bien fuera de ti”. Nada de lo bueno que este mundo pueda ofrecer, nada de lo bueno que pueda venir de cualquier situación o circunstancia, será realmente bueno si no está de acuerdo a la voluntad de Dios, especialmente si no está de acuerdo a la voluntad de Dios para mi vida.

Fortaleza
El versículo 8 dice también: “Porque está a mi diestra, no seré conmovido” Aquí sí se puede ver a un David fortalecido, seguro y firme. Pero, cuál es la razón de su convicción y fortaleza: Dios está con él. No porque se sienta fuerte, no porque esté armado, no porque haya un ejército con él. David se sentía y se sabía fuerte porque Dios estaba con él. Esto no es otra cosa sino comunión con Dios, oración, lectura de su palabra, confianza en él, alabanza, búsqueda de su presencia.
Cunado leí esta parte del versículo 8 me pregunté: ¿Por qué Dios quiso que quede registrado que Él estaba a la diestra de David? Por lo general, nuestra mano derecha es la más fuerte y la más hábil, así como lo es nuestra pierna derecha. Por lo general hacemos las cosas con la mano derecha y nos apoyamos con la izquierda. Digo “por lo general” porque esto no se aplica a los zurdos. Aunque el concepto sí se aplica. Bueno, entonces, ¿qué quiere decir que Dios está a nuestra diestra? ¿No será que Dios nos quiere decir que en lugar de confiar en nuestras fuerzas, en nuestras capacidades, en “nuestro lado fuerte”, debemos confiar en Él y tenerlo por nuestra DIESTRA? ¿Que si algo vamos a hacer, que no lo hagamos en nuestras fuerzas sino en las suyas? ¿Que dejemos que Él maneje con habilidad nuestra vida? Por eso, David se sabía fuerte: porque no era la fuerza de su brazo, no era su capacidad, era Dios que había tomado el control de su vida. Por eso puede decir con certeza: “no seré conmovido”.

Victoria
Encuentro en este Salmo que David sentía su vida amenazada, sabía que sus enemigos lo acechaban. Pero él estaba confiado y fortalecido en el Señor. Sin embargo, ante la contemplación de la muerte como una posibilidad cercana, él declara victoria:


“Porque no dejarás mi alma en el Seol, ni permitirás que tu santo vea
corrupción. Me mostrarás la senda de la vida; En tu presencia hay plenitud de
gozo; delicias a tu diestra para siempre” (Salmo 16:10-11)
Aquí resulta más que claro que David tenía puestos sus ojos en el Señor, él tenía la certeza de que si Dios estaba con él, aún triunfaría sobre la muerte y caminaría por la senda de la vida disfrutando del gozo de la presencia de Dios para siempre.


Los dejo con esta promesa del Señor para todos los que le hemos entregado nuestra vida y lo hemos recibido como nuestro Señor y Salvador.

“Y cuando esto corruptible se haya vestido de incorrupción, y esto mortal se haya vestido de inmortalidad, entonces se cumplirá la palabra que está escrita: Sorbida es la muerte en victoria. ¿Dónde está, oh muerte tu aguijón?¿Dónde, oh sepulcro, tu victoria ?” (1 Corintios 15:54-55)

Dios les bendiga,
Marco

viernes, 13 de julio de 2007

¿Hasta cuándo pondré consejos en mi alma?

En mi devocional del día de hoy estuve leyendo el Salmo 13 y meditando en él. En mi Biblia están resaltados los versículos 5 y 6. Dios en aquella oportunidad me habló de su misericordia y de la paz y alegría que me da tener la confianza de que Él es mi Salvador, tardo para la ira y grande en misericordia.
Esta vez, he resaltado el versículo 2:



“¿Hasta cuándo pondré consejos en mi alma, con tristezas en mi corazón cada día?
¿Hasta cuándo será enaltecido mi enemigo sobre mi?”

Cuando uno lee este salmo y los anteriores, puede entender que el rey David pasaba por momentos de terrible angustia. De desesperación, en algunos casos. El rey David clamaba por la protección de Dios ante el ataque de sus enemigos, clamaba por la justicia de Dios porque aparentemente las obras de los impíos, de los injustos prevalecían. David clamaba y uno puede sentir su clamor como un gemido de angustia. En estos Salmos podemos encontrar expresiones como:



“¡Oh Jehová, cuánto se han multiplicado mis adversarios! Muchos son los que se levantan contra mí”
“Levántate, Jehová; sálvame, Dios mío”
“Ten misericordia de mí, y oye mi oración”
“Castígalos, oh Dios; caigan por sus mismos consejos; por la multitud de sus transgresiones échalos fuera…”
“Mi alma también está muy turbada; y tú Jehová, ¿Hasta cuándo?”
“Vuélvete, oh Jehová, libra mi alma; sálvame por tu misericordia”
“Ten misericordia de mí, Jehová; Mira mi aflicción que padezco a causa de los que me aborrecen, tú que me levantas de las puertas de la muerte”

Y muchas más similares que me permiten comprender que David no sólo sufría, estaba angustiado, afligido. Y en ese contexto de aflicción, con ese mismo gemir y angustia dice:



“¿Hasta cuándo pondré consejos en mi alma, con tristezas en
mi corazón cada día?”

Este versículo me llamó mucho la atención, pero como en un primer momento no lo entendí muy bien, mi intención fue pasarlo por alto y continuar con la lectura. Pero el Señor me llevó a meditar y a considerar esta sola frase…. y finalmente entendí lo que el Señor me quería decir. David, se presentó delante de Dios a clamar con su oración, y en su aflicción y clamor estaba esta frase: “¿Hasta cuándo pondré consejos en mi alma?”. En otras palabras, hasta cuándo actuaré de acuerdo a mi propio criterio? Hasta cuándo seré dueño de mis decisiones? Hasta cuándo seguiré actuando según mi propio parecer? Hasta cuándo, Dios mío? Este clamor, como los otros, era como un gemido de angustia, de sufrimiento, de hartazgo de estar en tal situación.
Es raro que una persona se aflija de tal manera por ser “dueño de sus decisiones”. Por el contrario, esto es lo que se pregona hoy en día y es aquello de lo que muchos se enorgullecen. Pero el rey David estaba afligido, afligido al punto de decir que cada vez que ponía un consejo en su alma, lo hacía como él dice: “con tristezas en mi corazón cada día?” . ¿Por qué la aflicción de David? ¿Por qué se sentía afligido de tener que poner consejos en su alma? La respuesta es: PORQUE EL SABÍA LO QUE ERA ESCUCHAR Y SEGUIR EL CONSEJO DE DIOS. DAVID NO QUERÍA PONER CONSEJOS EN SU ALMA, QUERIA QUE DIOS PONGA CONSEJOS EN SU ESPÍRITU.
Cuando comprendí esto, me pregunté: ¿Estoy poniendo consejos en mi alma? ¿Dios está poniendo consejos en mi espíritu? ¿Noto la diferencia? ¿Sufro, si soy “el dueño de mis decisiones?, o en todo caso: ¿Quién es el dueño de mis decisiones? Cuando meditaba en esto y me hacía estas preguntas, vino a mi mente el versículo:



“Hay camino que al hombre le parece derecho, pero su fin es camino de muerte”
(Proverbios 16:25)

Las decisiones que tomamos según nuestro propio criterio, voluntad o conveniencia, pero sin el consejo de Dios; no garantizan nada bueno, sino todo lo contrario: le dan toda la ventaja al enemigo para que destruya nuestras vidas. Vuelvo nuevamente al versículo 2 (del Salmo 13), esta vez a la segunda parte: “¿Hasta cuándo será enaltecido mi enemigo sobre mi?” Cuando nuestra vida está regida por los consejos de Dios, el enemigo no puede oponer ninguna resistencia. ¿Será posible que el enemigo se enseñoree de mí si sigo exactamente el consejo de Dios? ¿Se podrá oponer a la voluntad del Todopoderoso? Pero, si el que toma la decisión según su propio consejo soy yo, ¿puedo tener la certeza de que el enemigo no podrá enfrentarme, o más bien todo lo contrario?

Por eso, amados hermanos, los animo (y me animo a mí mismo), una vez más, a que busquemos el rostro de Dios, a que clamemos por su consejo. Renunciemos a ser nuestros propios consejeros, que cuando nos demos cuenta de que es así nos sintamos mal y busquemos nuevamente, de todo corazón, el consejo de Dios.



“No os conforméis a este siglo, sino transformaos por medio de la renovación de
vuestro entendimiento, para que comprobéis cuál sea la buena voluntad de Dios,
agradable y perfecta” (Romanos 12:2)

Este versículo nos habla de una renovación, de una transformación de nuestro entendimiento, consistente en que podamos descubrir la buena voluntad de Dios. Una transformación de nuestro entendimiento que implica renunciar a nuestro propio criterio y voluntad para aceptar la voluntad de Dios y poder comprobar lo buena, agradable y perfecta que es. Por supuesto: MUCHO MEJOR DE LO QUE YO PUEDA SOÑAR PARA MI VIDA ES LO QUE DIOS TIENE EN SU CORAZÓN PARA MI.

Dios les bendiga,
Marco

miércoles, 4 de julio de 2007

Salmo 1

Aquí van algunas cosas que el Señor me habló en el Salmo 1

Estamos en este mundo, pero no somos parte de él. Es decir, estamos aquí pero no para vivir conforme al sistema de este mundo. Alrededor de nosotros hay toda clase de personas, muchas de ellas andan en camino de muerte y hacen de continuo el mal. Es triste, pero la verdad es que son esclavos de su propio pecado y llegan al extremo de alegrarse de sus transgresiones.Muchas veces nos enfrentamos a situaciones en las cuales nos podemos sentir tentados a ser parte del sistema, a seguir el consejo de los malos, a andar con ellos (acompañándolos, quizá, pero finalmente andando con ellos) en sus caminos, a alejar de nosotros todo sentimiento de compasión y cambiarlo por un sentimiento egoísta de indiferencia. Es en esos momentos cuando tenemos que recordar que la gran diferencia entre el mundo y los cristianos no son las posesiones, los cargos, los estudios o los éxitos alcanzados. La gran diferencia es nuestro destino: ser como árboles plantados junto a corrientes de aguas que dan su fruto en su tiempo y cuya hoja no cae. Esa es la gran diferencia. Tenemos a Cristo en nuestro corazón y no podemos reemplazarlo por las migajas de la aceptación de los demás o por las limosnas de un mal llamado "éxito". Porque aquel cuyo pensamiento persevera en el Señor prosperará en todo lo que hace. Dios promete prosperidad a sus hijos. No una prosperidad cualquiera, sino una prosperidad que viene de Él. Una prosperidad que puede abarcar todas las cosas materiales, intelectuales y emocionales en la que podemos poner nuestros ojos; pero que fundamentalmente se extiende hacia una felicidad tomada de la mano del Señor y que perdurará por TODA la eternidad.

Gloria a Dios!!!.